Por eso, Transport & Environment defiende que todas las furgonetas nuevas que se vendan en la UE sean de cero emisiones a más tardar en 2035 para cumplir el objetivo de neutralidad climática de Europa en 2050.
Con el rápido aumento de las ventas de furgonetas, sobre todo de los modelos más pesados, “las emisiones de CO2 de todas las furgonetas que circulan por las carreteras de la UE han crecido un 58% desde 1990, frente al 20% de crecimiento de los coches”, afirman desde T&E.
Las furgonetas también deben ser de cero emisiones para proteger la calidad del aire. Las furgonetas representan hoy el 14% de las emisiones de NOx de los vehículos en las ciudades. Según datos de París, la furgoneta media emite casi el doble de óxidos de nitrógeno NOx que el coche medio. El NOx es un contaminante atmosférico especialmente nocivo relacionado con diversos problemas respiratorios, como el asma y la bronquitis.
Mientras que las emisiones de las furgonetas crecen, el número de matriculaciones de unidades cero emisiones es escaso y está estancado
Pero el progreso hacia las furgonetas de cero emisiones es lento. La furgoneta nueva media en 2019 emitía 159 g de CO2 por kilómetro. La cifra comparable para 2020 es de 154 g, solo la mitad del ritmo de reducciones anuales necesarias para alcanzar la plena producción de cero emisiones en 2035.
En 2020, “sólo el 2% de las furgonetas de nueva matriculación eran eléctricas. Esto es así a pesar de que el argumento comercial (o el coste total de propiedad) para que las empresas elijan modelos de cero emisiones ya está ahí, especialmente para las furgonetas pequeñas y los vehículos de reparto urbano”.
¿Qué objetivos de CO2 existen actualmente?
A mediados de julio de 2021, la Comisión Europea publicó una propuesta para revisar los objetivos de CO2 de las furgonetas para después de 2025 como parte del paquete "Fit for 55". Según la propuesta, las emisiones de CO2 de las furgonetas nuevas tendrían que reducirse en un 50% para 2030, y en un 100% a partir de 2035.
T&E ha acogido la propuesta de la Comisión como un gran paso adelante. Sin embargo, como T&E señaló cuando se presentaron las propuestas, “si no se mejora el objetivo antes de 2030, es probable que las ventas de nuevas furgonetas eléctricas se mantengan en un nivel tan bajo como el 5-7% hasta 2027/2028. Un objetivo intermedio en 2027 solucionará el déficit de furgonetas eléctricas dando un impulso muy necesario a la oferta de furgonetas eléctricas en la década de 2020. Para 2027, T&E pide a los Estados miembros y a los eurodiputados que apliquen un objetivo del -31%.
La propuesta de la Comisión también deja demasiado trabajo por hacer en los años inmediatamente anteriores a 2035. Esto puede solucionarse mejorando el objetivo del -50% propuesto por la Comisión para 2030, elevándolo al -60%, y garantizando así que al menos la mitad de todas las furgonetas nuevas vendidas en 2030 sean de cero emisiones. Esta mejora ayudará a satisfacer la creciente demanda de furgonetas eléctricas en el transcurso de la década de 2020 y permitirá un aumento gradual hasta el 100% de las nuevas ventas en 2035. “Para hacer realidad el plan de descarbonización de las furgonetas de la UE, es fundamental garantizar un aumento constante de las ventas de furgonetas eléctricas a partir de la base ultrabaja actual (2%)”, se alerta.
En varios Estados miembros, como los Países Bajos, Dinamarca e Irlanda, todas las furgonetas nuevas que se vendan a partir de 2030 deberán ser de cero emisiones, y es importante que la revisión legislativa facilite estos planes progresivos.
“También instamos a la Comisión a que considere el incentivo de la asignación de peso para las furgonetas eléctricas más grandes, que sólo se aplicaría a corto plazo (es decir, hasta 2030). Pero deben evitarse los incentivos para las furgonetas eléctricas híbridas enchufables (PHEV), teniendo en cuenta las lecciones de los turismos, donde las emisiones medias en el mundo real de los híbridos enchufables son hasta ocho veces superiores a las registradas en las pruebas de laboratorio”, concluyen desde T&E.
