Es una de las conclusiones del análisis semanal que, sobre la sostenibilidad en automoción, lleva a cabo la consultora McKinsey. En esta ocasión, afirma que “a medida que crezca el mercado de los vehículos eléctricos (VE), los proveedores de la industria del automóvil tendrán que adaptarse a la evolución de la demanda. De aquí a 2030, se prevé que las ventas de componentes para VE, como los del tren de potencia eléctrico, representen una parte mucho mayor de los ingresos de los proveedores”. Entre 2020 y 2022, las ventas de VE crecieron más de un 90% tanto en Estados Unidos como en Europa y más de un 300% en China. Sobre estos datos, se confirma que dicho aumento “ha tenido efectos dramáticos en toda la cadena de valor de la automoción. Los componentes para cadenas cinemáticas eléctricas, en particular, tienen ahora una gran demanda. Los socios Brian Loh, Lukas Michor, Patrick Schaufuss y coautores ofrecen orientación a los proveedores de estos componentes. Entre sus sugerencias se encuentran las de cooperar con los fabricantes para identificar las necesidades emergentes; investigar las oportunidades de fusiones y adquisiciones, que pueden detectarse mejor cuando los mercados están en transición; y mantener la atención en la resistencia de la cadena de suministro a medida que cambia el panorama de la industria”. Básicos, pero esenciales Aunque la demanda de piezas como baterías y motores eléctricos crecerá a medida que los vehículos eléctricos proliferen en las carreteras de todo el mundo, el socio principal Andreas Venus y algunos de sus colegas señalan que “muchas piezas estándar (como los sistemas de ejes y suspensiones) seguirán siendo componentes básicos aunque los vehículos se electrifiquen cada vez más. Y generarán una parte cada vez menor de los ingresos totales del mercado (del 69% en 2022 al 55% en 2030), pero seguirán representando una importante fuente de valor para los proveedores. Tales proveedores se beneficiarán de seguir centrados en estos componentes básicos, incluso mientras vigilan la evolución de la demanda”. Si hablamos de la recarga inalámbrica de los vehículos eléctricos, Florian Nägele y Shivika Sahdev consideran que “podría ser tan eficiente como la recarga por cable, sin el inconveniente del cable”, conclusión a la que llegan tras mantener sendas entrevistas con cuatro ejecutivos de empresas que esperan ofrecer soluciones de recarga inalámbrica de vehículos eléctricos. “Aunque aún faltan años para su adopción generalizada, la recarga inalámbrica, cuyo funcionamiento puede ser similar al de una placa de inducción, tiene un gran potencial: por ejemplo, podría permitir que los vehículos eléctricos autónomos se recargaran solos”, concluye el artículo.