Las pruebas, que arrancaron la última semana de septiembre, se están desarrollando en las líneas de San Juan de Aznalfarache, Mairena del Aljarafe, Palomares del Río, Almensilla, Gelves, Coria del Río, La Puebla del Río, La Algaba y Montequinto, en Dos Hermanas. La función de los viajeros consiste en notificar cualquier incidencia que puedan apreciar durante este periodo de ensayo del nuevo método de pago que regirá el transporte sevillano a partir del próximo año. Una vez finalizadas las pruebas en distintos puntos del área metropolitana, el Consorcio de Transportes tiene previsto activar el uso masivo de la tarjeta a partir de la segunda quincena de octubre, aunque se seguirá manteniendo el tradicional bonobús y no estará activo el transbordo en las líneas urbanas.
Dado que se trata de un proyecto conjunto que unificará el sistema de pago de las líneas urbanas y metropolitanas, será la implantación definitiva en ambas modalidades de transporte la que marque el fin del proceso de migración al nuevo sistema de pago.
La tarjeta sin contacto, que admitirá recargas de 5 a 500 euros, podrá adquirirse en los puntos de venta habituales del bonobús, con la salvedad de que será necesario abonar una fianza de 1,5 euros. El billete sencillo no desaparecerá, pero desde el Consorcio se mantiene la esperanza de que la nueva tarjeta logre superar la cota del 50% de utilización no lograda hasta ahora por el bonobús.