La EMT de Palma de Mallorca puso en marcha el pasado miércoles una prueba piloto para permitir el acceso al bus a través de la segunda puerta, tratando así de “agilizar la subida de las personas usuarias y mejorar su distribución en todo el vehículo, aprovechando al máximo la capacidad del mismo”.
La línea designada para el test es la L8 (Sindicat-Son Roca) y los usuarios tendrán que validar sus tarjetas en las máquinas canceladoras que se encuentran en la zona central del bus, al igual que vienen haciendo las personas que van en silla de ruedas o con cochecitos de bebé.
Se espera mejorar un 20% la capacidad y un 10% el tiempo de viaje
El teniente de alcalde Mobilitat i Polígons Industrials, Toni Deudero, explicaba unos días antes que “el objetivo de esta esta prueba piloto es dar solución a una situación que se produce a menudo en los vehículos: la acumulación de viajeros en la parte delantera hace que el vehículo no pueda aceptar más pasajeros, cuando en realidad todavía queda espacio disponible en la zona posterior. Desde la EMT Palma se calcula que, con esta nueva medida, podría aumentar el número de pasajeros entre un 15 y un 20%, sin incrementar la sensación de saturación”.
Ganando tiempo
Deudero ha añadido que “al permitir la entrada por dos puertas, se agiliza el proceso de subida al autobús, reduciendo el tiempo de parada. De esta forma, se calcula que se podría recortar entre un 5 y un 10% el tiempo del recorrido de la línea y dar un servicio más ágil”.
La L8 cuenta con un “recorrido relativamente corto y elevada ocupación, con muchas paradas que registran más de 200 subidas diarias” y más del 92% de sus usuarios disponen de un título de viaje nominal (tarjeta ciudadana o intermodal), razones por las que fue seleccionada por la gerencia de la EMT.
Si la prueba piloto resulta exitosa, cabe la posibilidad de que la iniciativa se amplíe a otras líneas y de forma permanente.
