Y esta tendencia no es una mera declaración de intenciones, sino que se ha apoyado, tanto desde Europa como desde los distintos gobiernos nacionales (de diferentes colores, por cierto), con enormes partidas presupuestarias. Sin embargo, la carretera sigue siendo el modo predominante en todo el Continente. Hay países donde el tren o el barco tienen mayor relevancia, pero nunca por encima del 15%, cifra muy alejada de la que tenemos en nuestro país, donde el tren apenas se sitúa por encima del 2% de cuota de mercado. Pues bien, la Comisión Europea sigue empeñada en que sacar camiones de la carretera es el mejor camino para cumplir sus objetivos ecológicos. Lo vimos el pasado verano, con el paquete ‘Greening Freight’, y lo refrendamos hace algunas semanas, con la propuesta de Directiva de Transporte Combinado. ¿Un 40% menos de costes externos? Ferrocarril, ríos navegables, avión, transporte marítimo de corta distancia y, por supuesto, carretera. Estos son los modos que se pueden combinar para esta intermodalidad tan anhelada por Europa, que la comisaria de Transportes, Adina Vălean, justifica indicando que "en 2022, se transportaron 13.600 millones de toneladas de mercancías por las carreteras de la UE”, pero sin olvidar que “el transporte de mercancías es fundamental para la economía de la UE y, a medida que aumenta la demanda, tenemos que mantener los costes y las emisiones bajo control. Con nuestra propuesta, los camiones seguirán teniendo un papel en el Sector, pero su combinación con otros modos reducirá los costes externos del transporte”, hasta en un 40%, “y optimizará el uso de nuestra red en beneficio de los ciudadanos y de nuestra economía”. Plataformas digitales como herramienta de cálculo, eliminación de las prohibiciones temporales de circulación (como la de los fines de semana), mejorar el uso de la capacidad de las terminales y de las infraestructuras son algunas de los objetivos que permite la nueva norma, que en el horizonte espera conseguir “al menos en un 10% el coste medio ‘puerta a puerta’ de las operaciones de transporte combinado en un plazo de siete años”. ¿Será posible? ¿Estaremos ante la verdadera y definitiva ocasión en que la intermodalidad se habrá paso? ¿No sería mejor hablar con los clientes, es decir, con los cargadores, para conocer sus necesidades? O las razones por las que, hasta le fecha, no encuentran el atractivo en el resto de modos y prefieren mayoritariamente la carretera. Porque los cambios impuestos por normativa no siempre funcionan como se espera…