Europa se prepara para dar un paso clave en la lucha contra el cambio climático con la llegada del nuevo sistema ETS2, el segundo régimen de comercio de derechos de emisión, que pondrá precio al carbono de los combustibles utilizados en el transporte y la calefacción. Pero más allá de su efecto regulador, esta medida puede convertirse en un potente motor de transformación: según un análisis de Transport & Environment (T&E), el ETS2 podría recaudar hasta 300.000 millones de euros entre 2026 y 2032.
Este fondo, si se gestiona con visión social y climática, puede marcar una diferencia. T&E defiende que entre el 50% y el 75% de esos ingresos deberían dirigirse directamente a hogares de renta baja y media para compensar los posibles efectos negativos del aumento del precio del gasóleo, la gasolina o el gas. El resto, propone, debe invertirse en infraestructuras verdes, desde puntos de recarga y ayudas a vehículos eléctricos hasta mejoras en el transporte público y la eficiencia energética en viviendas.
Redistribuir para avanzar
“El ETS2 es una oportunidad para liberar a los europeos de su dependencia del petróleo importado y mejorar la calidad del aire”, afirma Bosco Serrano Valverde, responsable de combustibles sostenibles para aviación y marítimo de T&E en España. “Pero para lograrlo, hay que abordar con seriedad la preocupación social, especialmente en los hogares más vulnerables. Redistribuir parte del dinero recaudado y destinar el resto a movilidad eléctrica o transporte compartido es el camino”.
La eficiencia como escudo
Según el informe, incluso con precios de 55 euros por tonelada de CO₂, el impacto en el bolsillo será asumible si se compara con el gasto medio en carburantes de las últimas dos décadas –especialmente teniendo en cuenta la mejora en la eficiencia de los vehículos. No obstante, la clave está en la velocidad de la transición y en las medidas complementarias que los gobiernos pongan en marcha.
En este sentido, T&E recuerda que ya existe un Fondo Social del Clima europeo para canalizar parte de los ingresos del ETS2 hacia políticas de ayuda directa, y propone que la Comisión Europea habilite préstamos inmediatos a los Estados para anticipar estas medidas, sin esperar a que se recauden los fondos.
Una llamada a la acción política
Para mantener los precios estables y evitar sobresaltos en el coste de la tonelada de CO₂, T&E también pide reformar la Reserva de Estabilidad del Mercado, un mecanismo que regula el número de permisos en circulación, con el objetivo de mantener los precios cercanos a esos 55 euros por tonelada.
La organización alerta de que, si no se aplican con fuerza otras políticas complementarias, como las normas de CO₂ para vehículos, los objetivos nacionales o la expansión de zonas de cero emisiones, el precio del ETS2 podría dispararse, afectando de lleno a los ciudadanos. Por ello, pide a la Comisión que exija medidas más ambiciosas en los planes nacionales de clima y energía, y que fije objetivos concretos de electrificación para las grandes flotas.
El mensaje de fondo es claro: el ETS2 no debe ser solo una medida recaudatoria, sino una palanca para una transición justa, verde y eficaz. Europa tiene la oportunidad, los recursos y el conocimiento. Solo falta la ambición política.