El Real Automóvil Club de Cataluña ha participado por tercer año consecutivo en un estudio sobre el nivel de seguridad relativo al montaje y señalización de obras de 50 tramos de carreteras europeas, correspondientes a once países. Del total de las vías sometidas a examen, dos han obtenido la calificación de 'muy insatisfactorio', once zonas 'insatisfactorio', 16 'aceptable', 18 'satisfactorio' y sólo tres 'muy satisfactorio'. La obra mejor valorada ha sido la ubicada en la A1 (Linz-Viena) en Austria, siendo el tramo español (Madridejos-Toledo) el peor considerado.
El protocolo europea 'Arrows' (Investigación Avanzada sobre las Normas de Seguridad en Zonas de Obras de Carreteras en Europa) -propuesto por la CE para homogeneizar los criterios de señalización y condiciones de las actuaciones en carreteras y autopistas- ha sido el que ha regido los análisis del estudio, realizados in situ en las respectivas carreteras a lo largo de mayo de 2007.
Cuatro kilómetros problemáticos
A lo largo y ancho de los cuatro kilómetros en reestructuración de la carretera comarcal de Toledo, han sido múltiples los problemas reflejados en el estudio del RACC. Señales poco visibles, deficiente marcaje de los carriles, malas condiciones de la acera, peligrosa separación del tráfico en dos sentidos a la zona de obras, falta de zonas de estacionamiento e, incluso, reducción de los carriles. De entre estas deficiencias, el Eurotest subraya la separación únicamente mediante conos de los dos sentidos de circulación.
Deficiente señalización a nivel estatal
Dos de las otras tres vías españolas incluidas en el estudio tampoco pueden presumir de haber salido muy bien paradas, ya que sólo han obtenido un escaso 'aceptable'. Se trata de sendos tramos vizcaínos de la Autovía del Cantábrico A8. Por contra, la obra de la A3, entre Valencia y Chiva, ha obtenido la calificación de 'satisfactorio'.
En conclusión, y según figura en el mismo estudio, las obras analizadas en España concentran las mayores deficiencias en materia de señalización, en comparación con otros países europeos. Otros problemas son la escasez de dispositivos o instalaciones relevantes de seguridad y de zonas de estacionamiento o carriles de emergencia continuos, así como de teléfonos de emergencia ni información sobre medidas de control de límites de velocidad.
