Los empresarios del transporte de viajeros, a través de la CEOE, han mostrado su desacuerdo con la propuesta de elevar el salario mínimo interprofesional hasta los 800 euros, tal y como anunció que se haría el ministro de Trabajo, Jesús Caldera. En opinión de la patronal, el problema de este incremento no está en su impacto directo, ya que apenas 110.000 personas reciben dicho salario, sino en su influencia indirecta en la negociación colectiva, tal y como refleja Fenebús en su último boletín digital.
El temor de los empresarios se centra en que se produzca un efecto arrastre en las demandas salariales, al reclamar los sindicatos que las rentas más bajas mantengan la distancia con el salario mínimo. Los empresarios manifestaron no entender ni compartir las prisas de sindicatos y Ministerio de Trabajo por abordar un nuevo compromiso para elevar el salario mínimo interprofesional y consideran que el debate debería abrirse con el gobierno resultante de las próximas elecciones generales.