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LIVING CAR

Gijón se convierte en un laboratorio rodante para los vehículos eléctricos, hacia una movilidad sostenible

Incorporará este tipo de propulsión en utilitarios, furgonetas y autobuses que circulen por sus calles

lunes 06 de julio de 2009, 01:00h

Gijón se ha convertido en pionera entre las ciudades españolas en impulsar de forma generalizada el uso de vehículos de transporte eléctrico utilizados por administraciones y empresas, que tendrán espacios para recargar sus baterías en diferentes puntos del casco urbano. Es el proyecto Living Car.

El Proyecto Movele, gestionado y coordinado por el IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía), consiste en la introducción en un plazo dos años (2009 y 2010), dentro de entornos urbanos, de 2.000 vehículos eléctricos de diversas categorías, prestaciones y tecnologías, en un colectivo amplio de empresas, instituciones y particulares, así como en la instalación de 500 puntos de recarga para estos vehículos.

En este marco, la ciudad de Gijón ha puesto en marcha el proyecto Living Car, desarrollado por el Ayuntamiento, un grupo de entidades privadas (Grupo Temper y Grupo Isatur), y la Fundación Prodintec.
 
El objetivo es convertir a la ciudad de Gijón en un laboratorio "viviente", concentrando y analizando el uso de vehículos eléctricos en un entorno real. Se trata de un experimento con usuarios reales en un entorno de la vida cotidiana real, donde los ciudadanos, los investigadores, las empresas privadas participantes en el proyecto y el Ayuntamiento identifiquen nuevas soluciones, productos y servicios para implantar el uso de vehículos eléctricos en la ciudad.

Revolución verde

Durante su presentación, la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, destacó que se trata de una "revolución verde en la movilidad", ya que los vehículos eléctricos reducen las emisiones de CO2 y los niveles de contaminación, tanto ambiental como acústica, dado que carecen de combustión. El Ayuntamiento acondicionará zonas especiales de estacionamiento, fomentará acuerdos con distintos aparcamientos para facilitar el acceso a la energía de los usuarios y reducirá los impuestos sobre estos vehículos, que también pasarán a formar parte de la flota municipal.

A través de este proyecto se pretende poner a prueba distintos tipos de vehículos (motos, bicicletas, coches, autobuses y furgonetas) impulsados sólo con energía eléctrica almacenada en baterías de ion-litio, que se recargan a través de la red eléctrica habitual. Se instalarán un mínimo de 10 cargadores en distintos puntos de la ciudad con dos tomas de corriente cada uno.

La autonomía de estos vehículos rodna los 100 kilómetros, y una recarga que permita recorrer dicha distancia cuesta 1,5 euros. Se tarde entre cuatro y seis horas en realizar una recarga completa.