"Y, en este sentido, los autobuses forman parte del núcleo esencial del transporte público local. Cada año, en Alemania, transportan más de 5.000 millones de pasajeros, muchos más que los que corresponden al tranvía o al ferrocarril. En cuanto al transporte de larga distancia, sin embargo, la imagen es muy diferente: en 2009, 123 millones de personas utilizaron el ferrocarril, mientras que sólo dos millones se decantaron por los autocares. La principal causa la encontramos en la legislación: desde hace más de 80 años, la apertura de nuevas rutas en Alemania sólo se han permitido en casos excepcionales. El Gobierno germano se está planteando cambiar esto y desrregular los servicios de autobús de larga distancia. Siempre mediante un acuerdo en coalición", añadió Wissman, quien recordó que "la VDA apoya este movimiento con todas sus fuerzas. Conocemos las grandes ventajas del autobús, que es particularmente flexible y seguro para el transporte. Pero, sobre todo, es un actor ejemplar en cuanto al cuidado del entorno: 33 gramos de CO2 por kilómetro y pasajero, algo imbatible. Por eso, me complace que los autobuses tengan un papel cada vez más importante en la IAA".