Pero la adopción del Eco-Driving sería impensable sin la base sobre la que descansa su operativa, que no es otra que la tecnología.
Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, Eco-Driving puede traducirse en una reducción de hasta un 35% en el consumo y de al menos el 15% en emisiones de CO2, así como en una gestión más eficaz de las redes de transportes.
Todo ello es posible gracias a los nuevos sistemas telemáticos para la gestión de flotas, y en especial a innovaciones de última generación como los indicadores inteligentes KPI (Key Performance Indicators), que permiten controlar remotamente, y casi en tiempo real, las métricas principales relacionadas con vehículos y rutas, tiempo de conducción…) para lograr la mejor relación coste/rendimiento.