"Nosotros no vamos a establecer, como han hecho otros gobiernos europeos como el de Londres o algunas ciudades del norte de Italia, un peaje para entrar en la ciudad. Nos parece que eso sería contraproducente", ha asegurado el primer edil. Así, para gestionar la contaminación que generan el casi millón de vehículos que de lunes a viernes entra en la capital, el Consistorio maneja otras medidas para "conseguir que no se produzca una vulneración de las exigencias de la normativa europea de calidad del aire".
"Tenemos que ofrecer una alternativa de calidad, de seguridad y absolutamente competitiva en precio y tiempo", ha señalado en referencia al transporte público. Asimismo, el Ayuntamiento debe "establecer controles de calidad, de cumplimiento de la normativa, en los vehículos" que circulan por la ciudad, para lo cual es necesaria la colaboración con otras corporaciones.
Finalmente, el consistorio también tiene herramientas de gestión de la movilidad para luchar contra la contaminación que ocasionan los vehículos de otras localidades. Como ejemplos, el primer edil ha citado la utilización del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) o las Áreas de Prioridad Residencial. También están previstas las zonas de bajas emisiones, "si se produjese una acumulación de elementos contaminantes, y que supondrían una restricción aún mayor en determinadas zonas, lo que podría tener desde un carácter prohibitivo total a uno disuasorio". Esto es, ha dicho Gallardón, "un instrumento previsto y que hasta el momento no ha sido necesario, pero que el Ayuntamiento tiene claro que la prioridad es la salud de los madrileños y, por lo tanto, si fuera necesario, establecería esas restricciones".