‘No tenemos nada que inventar, porque los países de nuestro entorno ya las tienen, como Francia e Italia, y Bruselas se lo ha permitido. Pero los cargadores se están beneficiando de tener el transporte más barato de Europa, y sortean la crisis mejor por sus menores costes’, admite.
- ¿Cuándo se va a provocar una situación de conflicto?
- Veremos. La cuerda está muy tensa, y puede saltar en cualquier momento. Si eso se produce, nosotros estaremos delante de los nuestros, como siempre. Pero las bases no nos lo están solicitando.
- Lo difícil es alcanzar la unanimidad en el Comité, porque cuando se ha logrado, es determinante.
- Los que pensaban en 2008 que esto iba a ser una criba para que los pequeños fuesen desapareciendo del Sector, se han encontrado que la crisis ha afectado a todos, pero que proporcionalmente han desaparecido más grandes que pequeños. Ahora mismo, el nerviosismo cunde en todas partes. Si la cuerda se rompe, esperemos tener la necesaria cohexión para que sirva para algo. Nunca, en el Transporte, se ha logrado avanzar de forma sustancial sin mediar un conflicto. Una vez que se pasa, todo vuelve a la normalidad hasta que se provoca otro. El tiempo deparará lo que tenga que suceder, pero el paro no se hace en los despachos, si no en la carretera, y para eso se necesita que quieran parar los que tienen los camiones.
- ¿Qué posibilidades hay de que la buena voluntad cristalice en mejoras efectivas?
- Debemos ser conscientes de la realidad. Por ejemplo, las petroleras se están enriqueciendo de manera brutal, según los beneficios que dicen que tienen. Y pienso que deberían incluso tener más, porque el Estado seguro que recauda más impuestos que antes (aunque sólo sea por el IVA), a pesar de que estamos en la banda baja de impuestos de la UE sobre el carburante. Sin embargo, el precio antes de impuestos es el más caro de la UE, lo que supone la mayor ineficiencia. Ahora, el litro cuesta igual que cuando el petróleo costaba 150 dólares, costando algo más de 120. Eso genera beneficio a la petrolera. Y el Estado no parece que pueda cobrar más impuestos ‘especiales’. El Estado debe defender el gasóleo profesional, incluyendo a los vehículos de menos de 7,5 toneladas, con independencia de que llame a las cosas por su nombre (y no sanitario al ‘céntimo’) y de que vele, junto con la CNC, por la transparencia en los precios del combustible. Porque estamos pagando más de 2.000 millones de euros al año extras, y eso es un daño muy grave contra la economía nacional en su conjunto.
- Cambiando de asunto, parece que los volúmenes de carga se están recuperando, sobre todo en alimentación e internacional.
- Sin embargo, la diferencia entre lo que cuesta el servicio de transporte y lo que se cobra es cada vez mayor. A esto se suma el problema de conseguir retornos, que a veces se dilatan en el tiempo y disparan el coste por kilómetro. Eso, si se consiguen. Hemos llegado a equilibrar la balanza comercial, pero seguimos teniendo complicaciones para el retorno.
- ¿Cuál es su opinión sobre el apoyo incondicional del Fomento al ferrocarril?
- Dicen que las inversiones en ferrocarril generarán más volumen de transporte para el país y, por tanto, también para la carretera. Es posible, pero la cuota del tren es tan baja que la inversión para llegar a la media europea es enorme. Nos preocupa más que no haya presupuesto para otras infraestructuras, aunque sea para su conservación.
- De cara al futuro, ¿corre peligro el autónomo?
- Cuando entramos en la UE, los más agoreros decían que iba a ser dar el paso y desaparecer los autónomos. Y eso no sucedió. Ahora, la situación es bien distinta. Los autónomos somos los más competitivos, siempre que logremos ser eficientes, defendiendo nuestros valores y lo que podemos aportar al Sector y al desarrollo de la actividad.
