"El billete sencillo podría dejar de venderse a bordo y pasar a hacerlo en estancos, tiendas de conveniencia, bares y supermercados, e incluso en máquinas expendedoras en las paradas o en las propias de Metro", han explicado. "De este modo, todo el mundo subiría al autobús (como sube al tranvía, metro o cercanías) con el billete comprado y sólo tendría que validarlo, evitando colas y esperas a los viajeros que van detrás", han añadido.
Esta es una de las sugerencias que aparecen en la página web de Ecomovilidad y que tienen como fin último que este tipo de transporte sea "rápido y ágil", según ha publicado Europa Press.
Así, por ejemplo, han propuesto que "la bajada y subida de viajeros se realice por cualquier puerta" o que se instalen "más validadoras para que varios usuarios puedan cancelar el billete a la vez sin tener que hacer cola".
Además, han sugerido que "los grandes ejes de la ciudad y aquellos en los que se produzcan retenciones habitualmente deberían contar con carriles bus protegidos del resto de vehículos".
Reordenación
Por otro lado, han propuesto que se estudie una reordenación de líneas y de marquesinas. "En nuestra ciudad hay calles con marquesinas tan cercanas que en ocasiones, si coinciden varias líneas a la vez, los autobuses que esperan para cargar viajeros en una entorpecen a los de la parada anterior", han lamentado.
Por último, han señalado que "sería buena idea imitar la iniciativa barcelonesa de establecer dos puntos de parada en las marquesinas con mayor demanda. De este modo, el primer autobús en llegar cargaría viajeros en el primer punto y el que llegase después lo haría un poco más atrás sin tener que esperar a que el primero liberase el espacio", han sugerido.
