"Las ciudades son para los ciudadanos, no están pensadas para distribuir mercancías", afirmó David Moya, responsable de Movilidad de Itene durante su ponencia en la Jornada de Distribución Urbana de Mercancías, organizada junto con el Centro de Innovación para la Logística y el Transporte en Carretera, Citet. Sin embargo, los datos se empeñan en magnificar la contradicción. En Valencia —aseguró el director general de Transporte y Logística de la Generalitat, Carlos Javier Eleno— circulan más de 100.000 furgonetas y casi el 50% de los trayectos que realizan lo hacen de vacío.
Ciudades para los ciudadanos que exigen disponer de servicios a mano, sin obligación de desplazarse a distancia para hacer la compra o ir a la farmacia. Es decir —como indicó el concejal de Circulación y Transportes del Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Novo— la difícil convivencia entre ciudadanos y vehículos de distribución en una ciudad que todos pretendemos sea habitable y acogedora.
Una distribución que se realiza en condiciones adversas, una actividad que en ocasiones resulta molesta para los vecinos y, sin embargo, es imprescindible para el normal desarrollo de la vida cotidiana. Así, las soluciones son complejas. No existe una solución única, sino específicas según la actividad, la intensidad de la misma, la frecuencia y la tipología de la mercancía que se distribuye. Sistemas de control de tráfico, optimización de rutas, cartografías o sistemas de información en tiempo real son algunos de las soluciones que se están implantando en la distribución urbana de mercancías; soluciones que se adaptan a las particularidades de cada actividad. Otros aspectos reclaman una rápida solución, como es el ahorro de combustible o la implantación de vehículos que no produzcan emisiones contaminantes a la atmósfera.
