Este hecho otorga a este combustible grandes ventajas respecto a los biocarburantes actuales y evita los inconvenientes de depender de la producción agrícola, salvando así uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta este tipo de productos. Este biocarburante se basa en la máxima utilización posible (el 100%) de la biomasa utilizada en la fabricación del biodiesel. El IUCT-S50 es totalmente compatible con el biodiesel clásico y a su vez es complementario con este, ya que permite optimizar las inversiones realizadas en las plantas de fabricación del biodiesel de primera generación, según un comunciado del Institut. Por tanto, si junto a una planta de biodiesel clásico se instala una planta de IUCT-S50 se aumenta la rentabilidad global, ya que se consigue transformar toda la biomasa entrante (aceite) en biocombustible (una parte biodiesel y otra parte en IUCT-S50). Por tanto, "estamos introduciendo un nuevo biocombustible de segunda generación que optimiza el uso de la materia prima agrícola minimizando el impacto socioeconómico", señala Josep Castells, consejero delegado y director general de IUCT.