Se trata de un dispositivo anti arranque por alcoholemia que mide la concentración de alcohol en el aliento (BrAC) de un conductor e impide el encendido del vehículo si el este está por encima del nivel límite predeterminado, que en Francia está fijado en 0,25 miligramos por litro de aire expirado, y que afectará a todos los conductores españoles que pasen la frontera y circule por sus carreteras.
Antes de encender el vehículo, el conductor realiza una breve prueba de alcohol en el aliento al soplar dentro del dispositivo y éste detecta si el conductor ha estado bebiendo y cuál es la concentración exacta de alcohol en el aliento. Si la concentración en el aliento está por encima de un nivel límite predeterminado, el vehículo no se encenderá y quedará paralizado, asegurando por lo tanto un transporte fiable para el conductor, pasajeros y resto de circulantes.