La iniciativa forma parte del dispositivo SAEI (Sistema de Ayuda a la Explotación e Información), que la compañía va a implantar a mediados de 2009 en su flota, y que además del acelerómetro -controlado por GPS- incluye la instalación de paneles informativos en las paradas, el servicio a través del móvil y un sistema de voz para invidentes, entre otras mejoras.
La calidad de la conducción en los autobuses es un tema fundamental para La Montañesa, que lo estudia de forma intensiva con el objetivo de conseguir mejoras. No en vano, un informe de Consumer realizado a finales de 2007 reveló que en cuatro de cada diez viajes de la villavesa (forma en que se llama en Pamplona a los autobuses urbanos) se detectaba una conducción agresiva.
La idea de utilizar este sistema es determinar las causas de los acelerones o frenazos: si están relacionados con la conducción o con factores externos, cuántas veces y por qué motivos. De esta manera, los datos permitirán conocer, por ejemplo, si un acelerón se produjo por razones de tráfico, o si determinadas paradas están mal ubicadas o presentan problemas de visibilidad. En caso de que la conducción agresiva se deba a la práctica del conductor, La Montañesa estudia la puesta en marcha de cursos para mejorar el servicio de sus chóferes.