Las 6.823 unidades de vehículos comerciales ligeros matriculadas durante el mes de julio no hacen sino confirmar una tendencia bajista en las ventas de este tipo de vehículos. La caída del 22,1% se une a la sucesión de contracciones del mercado de vehículos en toda Europa. En lo que va de año, el total de vehículos de esta clase matriculados en España apenas supera las 49.000 unidades.
Las mayores caídas se detectaron en derivados del turismo, furgonetas y pick-ups. Fue precisamente este último tipo de vehículos el que sufrió mayores caídas, con un descenso de las matriculaciones de un 33,5% durante el mes de julio. En conjunto, derivados, furgonetas y pick-ups redujeron sus matriculaciones en un 25% durante julio y en un 26,8% sumando el semestre anterior. Las unidades matriculadas durante el último mes se quedaron en 29.597. La caída en furgones y camiones ligeros también ha sido importante aunque menos acusada. Este tipo de vehículos retrocedió un 17,5% durante el pasado mes de julio y un 22,4% en lo que va de año.
Se observan descensos en las ventas en todos los canales: empresas, autónomos y alquiler. En el primer caso, el descenso es de un 25,4%, lo que dejas las ventas totales en 33.703 unidades durante los primeros siete meses de 2012. En julio, el descenso fue semejante, de un 25,7%, con un total de 4.982 vehículos vendidos. Algo menos pronunciada pero también importante fue la caída de las ventas a autónomos, que se contrajo en un 19,5% en lo que va de año, hasta las 15.646 unidades; aunque la mayor caída fue en el caso de las empresas de alquiler, que redujeron su demanda en un 30,1%.
Las ventas se resienten en casi todas las Comunidades Autónomas. Las mayores caídas del mes de julio se registran en Navarra (-36%), Murcia (-35,9%) y Canarias (-34,1%). En el otro extremo, Castilla y león y Asturias presentan resultados positivos (2,7% y 8,9% respectivamente), y las menores caídas las han observado Aragón (-2,1%) y Cataluña (-13.9%).
Perjuicio común
La caída en las ventas trae consigo un envejecimiento del parque automovilístico perjudicial para toda la sociedad. Un parque antiguo implica tecnologías menos eficientes y por tanto más contaminantes. Además, los sistemas de seguridad peor adaptados a las condiciones de conducción actual implican mayores riesgos en la carretera, por lo que existe un perjuicio a la seguridad vial
