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Entran en servicio los tramos Blanca-Abarán-Jumilla de la A-33 en la comunidad autónoma de Murcia

La nueva vía se configurará como un importante nexo de unión para la zona del sudeste peninsular

viernes 10 de agosto de 2012, 01:00h

Según las previsiones, 8.000 vehículos utilizarán diariamente esta nueva ruta en sustitución de la N-344. De los más de 122 millones de euros que ha costado este proyecto, 7,5 han sido destinados a medidas de integración medioambiental. También se han extremado los esfuerzos en crear una vía segura.

El pasado jueves 2 de agosto se pusieron en servicio estos dos nuevos tramos de la autovía A-33, los de Blanca-Abarán y Abarán-Jumilla. Al acto asistió la ministra de Fomento Ana Pastor. Los dos aspectos que más peso han tenido en la construcción de esta infraestructura han sido el respeto por el medio ambiente y la seguridad vial. El tráfico que se calcula se desviará desde la N-344 es de unos 8.000 vehículos al día.

La autovía cuenta con dos calzadas de dos carriles cada una, separadas por una mediana de diez metros. Ambos tramos suman 30 km; los 12,4 km del tramo Blanca-Abarán han supuesto un coste de 58,53 millones de euros y el tramo Abarán-Jumilla, de 18, 32 km ha costado 63,99 millones de euros. El nuevo tramo cuenta con enlaces a la carretera nacional N-344 así como a las vías autonómicas A-10 y A-20.

Estos tramos forman parte de la vía de alta capacidad de 90 kilómetros entre Blanca y Font de la Figuera, que servirá de nexo de unión entre tres corredores de gran importancia: la autovía Albacete-Murcia (A-33), la Albacete-Murcia-Cartagena (A-30) y la autovía Almansa-Xátiva (A-35). De los cinco tramos que configuran esta vía, tres discurrirán íntegramente en Murcia, otro la unirá con Castilla-la Mancha y el último circulará por territorio de la Comunidad Valenciana.

Seguridad y respeto por el entorno

La seguridad vial ha tenido una presencia fundamental en la concepción de este proyecto. Para ello, se ha seguido el modelo "forgiving roads" o carreteras clementes, que evitan errores humanos y reducen las consecuencias de los accidentes. En los tramos en los que ha sido posible, se ha sustituido la barrera tipo "bionda" por inclinaciones suaves del terreno que reduzcan la velocidad. También se han cambiado los postes metálicos por postes homologados de PVC, además de instalar en la mediana pantallas antideslumbrantes.

7,5 millones de euros han sido invertidos además en medidas para la salvaguarda de los espacios protegidos de la Sierra del Carche y de la Sierra de la Pila, además de la prospección inicial para evitar daños en el patrimonio arqueológico y paleontológico. Otra medida encaminada a la protección del entorno es la instalación de pantallas que protejan del ruido excesivo y los pasos para la fauna.