Se espera que los primeros vehículos estén listos para ser entregados a principios de 2014. Los nuevos autobuses forman parte del plan de modernización de la flota de la CTA (Chicago Transit Authority) y sustituirán a los antiguos modelos Nova LFS, que han dado servicio a la ciudad norteamericana durante 14 años.
El presidente de Nova Bus, Jean-Pierre Baracat, ha agradecido a la CTA su "renovada confianza" en la compañía y en sus vehículos. Por su parte, el presidente de la empresa encargada del transporte público de Chicago ha señalado que el mantenimiento de la flota "es fundamental para mantener a la ciudad en movimiento, por lo que la inversión continúa. Con los nuevos vehículos nos aseguramos continuar ofreciendo un servicio seguro y confiable a través de una flota modernizada".