Autopista del Henares, S.A. es, según el Boletín Oficial, concesionaria del Estado, y actualmente gestiona de manera directa la construcción, conservación y explotación de la autopista de peaje Madrid-Guadalajara, mediante un contrato de concesión que se firmó en Febrero del año 2001, apenas tres meses después de que se constituyera la sociedad.
Al parecer, la deuda de la Radial era insostenible y la utilización de vías paralelas por parte de los conductores ha llevado a plantear en muchos casos su utilidad y sostenibilidad. Con una deuda muy importante, las cuentas no parecen salir y, debido a ello, la concesionaria ha tenido que formalizar un concurso voluntario de acreedores que se tramitó en la secretaría judicial de los Juzgados de lo Mercantil de Madrid el pasado 5 de Septiembre.
La sociedad está formada por una importante diversidad de empresas constructoras, concesionarias y financieras, entre las que destacan Abertis, ACS, Acciona o Bankia. Además de la R-2, la empresa gestiona también el subtramo entre la A1 y la A2 de la circunvalación madrileña M-50.
Intervención de Fomento
La situación de la R-2 no es única. Numerosas carreteras construidas durante la última década a partir de obras faraónicas y, por lo que se demuestra, también innecesarias, están en una situación muy delicada a la que el Ministerio de Fomento ya se ha visto obligado a responder en alguna ocasión.
Sin ir más lejos, tal y como informó Nexotrans, el Ministerio trabaja ya con el objetivo de detener esta sangría y no descarta intervenir. Según las declaraciones de Ana Pastor que este diario recogió el pasado 29 de Julio, Fomento se haría cargo del estado de las autopistas a través de la creación de "una empresa pública con una participación del sector privado que adquiera las concesiones que están en una situación delicada para reestructurar su deuda a largo plazo".
Pero, por el momento, habrá que esperar.