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POLÉMICA POR EL COCHE COMPARTIDO

Fenebús reclama a Bruselas que debe resolver el conflicto generado por el consumo colaborativo

La federación lamenta la aparición ‘de servicios regulares de transporte clandestino’

jueves 02 de octubre de 2014, 02:00h

Fenebús reclama a las autoridades europeas y españolas que deben resolver el conflicto del transporte ilegal que se ampara bajo el concepto genérico de consumo colaborativo”. La semana pasada surgía la polémica en Madrid por el desembarco de Uber en la capital y la consiguiente protesta del sector del taxi.

Uber ha llegado a Madrid, no exenta de polémica.
Uber ha llegado a Madrid, no exenta de polémica.

La Federación Nacional Empresarial de Transporte en Autobús (Fenebús) ha señalado que “el avance de la sociedad a través de las redes sociales ha hecho aparecer la figura del coche compartido, que lamentablemente está encubriendo operaciones de servicios regulares clandestinos de transporte de viajeros y suponen una clara competencia desleal para los operadores de servicios públicos de transporte de viajeros”.

A este respecto, la federación ha recordado que las páginas web que promueven el coche compartido reciben una remuneración por su mediación, “lo que las convierte en una actividad económica que debería estar regulada exactamente igual que el resto de sectores y cotizar al erario público”. Igualmente, ha subrayado que “si bien la actividad de mediación solo está autorizada en la normativa de transportes a agencias del sector de mercancías y a las agencias de viajes en el sector de viajeros, es evidente que las plataformas que se anuncian en Internet como “mediadoras” entre conductores y ciudadanos en general, están incurriendo en una ilegalidad al no contar con la correspondiente autorización de la Administración”.
 
También ha recordado que el Comité Económico y Social de la Unión Europea emitió en enero de 2014 un informe en relación al consumo colaborativo, en el que solicitaba a la Comisión su regulación entre la que se encuentra la figura del ‘coche compartido’. “No hay nada que objetar contra el consumo colaborativo con carácter ocasional entre particulares, sino contra el habitual y de forma reiterada, que convierte a las personas que participan en él en profesionales del transporte y que, al no contar con la oportuna autorización administrativa, son ilegales porque transportan viajeros de forma regular, reiterada y habitual”.

Reclamo por el ‘transporte clandestino’

La federación lamenta la aparición “de servicios regulares de transporte clandestino que llevan a los viajeros de un sitio a otro a cambio de un precio que nada tiene que ver con compartir gastos ya que cubren algo más”. En distintas comunidades autónomas, la proliferación de plataformas como Blablacar y similares, “ha llevado incluso a anunciarse en infraestructuras de transporte como paradas y marquesinas como medio alternativo con horarios similares al autobús y líneas paralelas (aunque con algunos minutos de antelación para así “llevarse” a usuarios que esperan la llegada del autobús)”, ha deatacado la federación, subrayando que “esto supone sin ninguna duda lo que siempre se ha considerado transporte ‘pirata’”.

“Cabe recordar, que las empresas que prestan servicios regulares de transporte de viajeros están obligadas a cumplir escrupulosamente con la normativa que exige que sus conductores estén altamente capacitados y en perfectas condiciones para llevar a personas a bordo, algo que no ocurre con estos servicios clandestinos o piratas. Este hecho puede comprometer claramente la seguridad vial”, ha concluido Fenebús.