A pesar de que la industria fabricante de vehículos se está recuperando en España de forma significativa, con crecimientos importantes del empleo, todavía está lejos de registrar los niveles que acumulaba en 2008. Según un reciente informe de CCOO de Industria, aunque uno de cada tres empleos nuevos que se crean en la industria manufacturera española corresponde a la fabricación de vehículos y de sus componentes, el sector todavía se encuentra a más de 19 puntos de recuperar el volumen de puestos de trabajo que generaba antes de la crisis.
En el primer trimestre de 2015 el crecimiento del conjunto del sector del auto se cifró en más de 30.000 empleos (7,2%), según las cifras que maneja CCOO. Los cinco mil millones de euros que recibirán las plantas de coches españolas hasta 2019 garantizarán carga de trabajo pero no hay que bajar la guardia, advierte el sindicato que ha hecho un tremendo esfuerzo para aumentar la competitividad de las factorías. Durante la crisis se ha especializado en la gestión de los problemas de reestructuración empresarial y ha sabido participar de forma dialogada en la gestión de las soluciones para la industria del automóvil.
Entre los primeros de Europa
Es cierto que en España el auto sigue manteniendo una posición privilegiada, y así lo confirma el informe de CCOO. Cerró 2014 registrando el mayor incremento entre los principales países productores de la Unión Europea y el mejor dato de los últimos cinco años; se posicionó como el tercer motor económico del país, detrás del turismo y de la industria agroalimentaria; y en los cuatro primeros meses de 2015 salieron de las plantas españolas casi un millón de unidades.
Pero también es indudable que los fabricantes de automóviles tendrán que afrontar retos importantes durante la próxima década porque todavía persisten incertidumbres de peso para el sector, advierte CCOO. El impacto medioambiental que provocan las emisiones de efecto invernadero, de las que el transporte por carretera es uno de es uno de los principales responsables; la decisión adoptada por algunas marcas de reforzar la fabricación vehículos en el norte de África en detrimento de las plantas españolas; y la eficiencia en el consumo energético, que supondrá un mayor esfuerzo innovador que no debería repercutir en los precios de venta, son algunos de sus desafíos.
Por todo lo dicho, las administraciones públicas deberán priorizar el objetivo de adquirir compromisos de estabilidad para un sector que representa una parte importante de muchas de las economías regionales del país. Y la mejor forma de hacerlo es a través de la configuración del diálogo sectorial, según lo reclama CCOO en el informe que acaba de ver la luz.