Tras las primeras pruebas satisfactorias con GNC en 1995, se pasó en la fase de licitación y contratación en serie de vehículos de gas, que llegaría en 2001
Las ventajas del gas natural para la automoción son la escasa producción de valores contaminantes, ya que permite reducir en un 85% las emisiones de óxidos de nitrógeno, prácticamente la totalidad de partículas en suspensión y hasta un 20% las emisiones de CO2. Además, los gases de escape son prácticamente inodoros y los motores hacen menos ruido, siempre en comparación con los diesel. Por todo ello en la clasificación ambiental europea de los automóviles los de GNC tienen la consideración de vehículos ambientalmente mejorados (EEV en inglés) y estos últimos meses están recibiendo el distintivo Eco (el más favorable tras el reservado a coches eléctricos) de la Jefatura de Tráfico.
TMB comenzó las pruebas con dos autobuses de gas natural comprimido en 1995, en colaboración con Gas Natural, Mercedes Benz y el Instituto Catalán de la Energía. Uno de los coches, de tamaño estándar, corrió a la línea 27, mientras que el articulado fue asignado a la 9 y la 109. Con los resultados operativos de la prueba piloto y vista la buena aceptación entre los usuarios, se pasó en la fase de licitación y contratación en serie de coches de gas.
La primera compra significativa de autobuses de gas natural comprimido para Barcelona fue en 2001: 35 coches estándar (20 MAN y 15 Iveco) parte de los cuales se presentaron formalmente el 28 de noviembre en la avenida Maria Cristina. Entonces la empresa anunció la intención de continuar su incorporando hasta llegar a los 250, pero en sucesivas etapas se superó con creces la cifra, hasta los más de 400 actuales, entre estándares y articulados, el 38% de la flota activa.
Al mismo tiempo fue necesario construir una estación de recarga de gas natural dentro de la cochera de la Zona Franca, centro que al cabo de los años ha terminado especializándose en él. Barcelona se convertía así en referencia internacional en este combustible aplicado a flotas de transporte público. En los 15 años transcurridos, TMB ha ensayado otras propulsiones con el objetivo de impulsar la investigación en tecnologías más limpias todavía. Así, los años 2003-2005 se llevó a cabo la experimentación con tres autobuses de pila de hidrógeno dentro del proyecto europeo Cute, una tecnología que demostró falta de maduración para ser utilizada comercialmente.
Híbridos de gas natural y eléctricos
Más tarde,
en 2009, comenzaron las pruebas con motorizaciones híbridas, que sí han tenido éxito, como lo demuestra la cifra actual de 159 coches de este tipo, entre reconvertidos y nuevos. A continuación tuvo lugar otro proyecto pionero, la transformación de 13 coches de GNC en híbridos, en asociación con Gas Natural Fenosa. Y desde 2014 se desarrolla el proyecto europeo ZeEUS de promoción de autobuses de emisión cero, dentro del cual Barcelona tiene a prueba cuatro coches 100% eléctricos.
La electrificación es el futuro. Con todo, el gas natural no se abandona y sigue haciendo una aportación valiosa al objetivo de un aire más limpio en el área metropolitana. Los coches estrenados hace 15 años, las series 13A, 15A y 17A, están llegando al final de su vida útil de acuerdo con los estándares de TMB, y para rejuvenecer esta parte de la flota se han contratado 18 autobuses estándar MAN de GNC que ya han empezado a llegar.
