Así de rotundo se muestra Raghu Ramachandran, socio fundador de 13 Colony Global y miembro del Consejo Asesor de Ti, en un artículo en el que explica sus perspectivas para el año 2023. En esta segunda entrega, se identifican algunos problemas de infraestructura que frenarán los cambios comerciales. En este sentido, se identifican los siguientes: El aumento del comercio hacia y desde México requerirá mejoras en las infraestructuras, mientras que los almacenes y las carreteras hacia y desde América serán los más transitados. Los volúmenes marítimos han ido aumentando (tanto en México como en Canadá) en un intento de diversificar de la dependencia de los puertos de la costa Oeste. Con el aumento del comercio en la frontera de Texas con México y a medida que los puertos alrededor de Los Ángeles ven un tráfico más lento, la infraestructura en torno a las ciudades fronterizas de Texas se verá sometida a estrés, a menos que se produzcan cambios en los almacenes, camiones y recursos para el despacho de mercancías. Al igual que Texas, los puertos del este y el sur de EE.UU., junto con los transportistas, deben asegurarse de que cuentan con la infraestructura necesaria para gestionar el volumen de mercancías que se producirá en los próximos años. A medida que se producen más bienes en países como Vietnam e India, se hacen evidentes los beneficios de una infraestructura bien desarrollada en China. A menos que se mejore la infraestructura en esos y otros puntos de China, será difícil mantener la cadena de suministro sin fisuras de antaño. Riesgo y resistencia de la cadena (ESG) A diferencia de la imprevisibilidad de la pandemia, el impacto del cambio climático y la posible interrupción de la cadena de suministro pueden planificarse. Las inundaciones, las tormentas violentas y el calor excesivo han afectado gravemente a su paso y han causado estragos en la red de distribución, transporte y entrega en todo el mundo. Probable despliegue de más vehículos eléctricos. Se esperan cambios de liderazgo en los proveedores de activos y no activos, ya que su lentitud a la hora de adaptarse a una nueva normalidad provocará probablemente el enfado de las partes interesadas y les costará el puesto de trabajo. Puesta en marcha y fracasos Aunque los precios de la energía se han estabilizado a principios de año, es probable que varios proveedores del mercado fragmentado del transporte por carretera fracasen. Como ya se ha señalado, continuarán los cambios de liderazgo. La colaboración y coordinación entre minoristas, como las plataformas Quiet u otras franquicias de última milla, seguirán compitiendo con los transportistas tradicionales y Amazon. En sintonía con el punto b, se espera una mayor integración vertical entre los principales minoristas. Seguirán fracasando y surgiendo más proveedores tecnológicos en el ámbito del comercio rápido y la entrega de comestibles. No está claro si la logística como servicio ganará impulso, aunque sí lo veo en los 3PL integrados verticalmente con plena responsabilidad. Los riesgos para la cadena de suministro persistirán y continuarán, ya se trate de tensiones geopolíticas que provoquen cambios en los flujos comerciales, escasez de mano de obra y de recursos, o de un aumento de la demanda. La tecnología mitigará algunos de estos riesgos, pero el papel del profesional de la cadena de suministro consiste en identificar estos escenarios en nombre de sus clientes y racionalizar sus operaciones. Pendiente de 2022 Algunas de las predicciones para 2022 se mantuvieron en el punto de partida y es probable que ganen impulso este año. Entre ellas se incluyen: Mejores metodologías de previsión utilizando nuevos análisis de datos y herramientas predictivas habilitadas por la IA (la escasez que conduce a un exceso de oferta… no puede continuar). Una mayor atención a los niveles X+1 de la cadena, incluida la modelización de escenarios de interrupciones y abastecimiento alternativo. Un inventario que vaya más allá del "just in time" y se acerque al "justo por si acaso". Racionalización de activos y mano de obra.