España vivió ayer uno de los peores apagones eléctricos de su historia reciente, dejando sin luz a millones de personas y paralizando el transporte ferroviario en todo el país. Ante la falta de trenes y metros, el autobús se convirtió en el pilar de la movilidad urbana, con refuerzos y servicios gratuitos en ciudades como Madrid. El colapso eléctrico también afectó al suministro de combustible, complicando la labor de los transportistas de mercancías, lo que llevó al Gobierno a flexibilizar los tiempos de conducción para garantizar el abastecimiento de productos esenciales.
A las 11:40 de la mañana de hoy, se descarta de forma preliminar, un ciberataque
El corte se produjo ayer a las 12:33 horas y provocó la desaparición repentina del 60% de la energía de la red, afectando a millones de ciudadanos, y dejando sin suministro a todo el territorio peninsular y a países vecinos como Portugal y parte de Francia. Las islas Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla quedaron al margen al no estar conectadas a la red principal. Según Red Eléctrica de España, el suceso se debió a una oscilación brusca en el flujo eléctrico, de origen aún desconocido.
Transporte ferroviario paralizado y avalancha en los autobuses
Uno de los sectores más afectados fue el del transporte. Apenas minutos después del apagón, toda la red ferroviaria de la península quedó paralizada. Más de 100 trenes, entre AVE, media distancia y Cercanías, se detuvieron en plena vía, afectando a unos 35.000 pasajeros, que tuvieron que ser rescatados a lo largo del día. La suspensión del servicio fue total, y se pidió a los usuarios evitar acudir a las estaciones.
Alrededor del 90% de las gasolineras de la península se quedaron fuera de servicio
Con los trenes y metros fuera de servicio, los autobuses se convirtieron en la única alternativa para desplazarse. En Madrid, Barcelona y otras grandes ciudades, las paradas se llenaron de viajeros, provocando colas y una saturación notable. Algunas compañías de transporte urbano, como la EMT en Madrid, decidieron reforzar sus servicios y ofrecer transporte gratuito durante toda la jornada de hoy martes, como medida de apoyo a la movilidad de los ciudadanos.
A pesar del refuerzo, la capacidad de absorción fue insuficiente ante la magnitud de la crisis, y muchos autobuses circularon al máximo de su capacidad, teniendo incluso que pasar de largo en algunas paradas. Para aliviar la situación, Renfe también anunció que los servicios de Cercanías serían gratuitos durante el martes. A pesar de la saturación y las largas esperas, los autobuses lograron mantener en funcionamiento una parte esencial del transporte urbano, demostrando su resiliencia y capacidad de adaptación en situaciones de emergencia.
El transporte de mercancías, un eslabón crítico bajo presión
El apagón también tuvo un impacto significativo en el transporte de mercancías. La interrupción del suministro eléctrico afectó a las terminales de contenedores en puertos clave como el de Algeciras, donde se suspendió el embarque de camiones debido a la caída del sistema de aduanas. Además, la falta de electricidad en las estaciones de servicio impidió el repostaje de vehículos pesados, lo que comprometió la cadena de suministro y la distribución de bienes esenciales. Este escenario puso de relieve la necesidad de contar con infraestructuras logísticas más resilientes y preparadas para afrontar contingencias de esta magnitud.
Atascos, semáforos apagados y caos circulatorio
La parálisis del transporte ferroviario empujó a miles de personas a usar sus vehículos particulares, en un momento en el que los semáforos tampoco funcionaban. En las principales ciudades, como Madrid y Barcelona, el tráfico fue un auténtico caos, con atascos que llegaron a superar los 8 kilómetros en las vías de acceso y salida. La falta de regulación semafórica obligó a desplegar a policías municipales en cruces y a cerrar algunos túneles urbanos por seguridad.
Durante la hora punta vespertina, las carreteras sufrieron una congestión severa, aunque al caer la noche la circulación comenzó a normalizarse de manera progresiva.
Suministro de combustible interrumpido
El apagón también tuvo un impacto directo en el suministro de combustible. Alrededor del 90% de las gasolineras de la península se quedaron fuera de servicio al no disponer de electricidad para operar surtidores ni sistemas de pago. Tan solo unas pocas estaciones, equipadas con generadores de emergencia, pudieron seguir funcionando. Esto provocó escenas de largas colas de vehículos y usuarios intentando repostar, y dejó a muchos conductores, incluidos transportistas, tirados en carretera.
Ante el riesgo de desabastecimiento, el Gobierno activó medidas de emergencia, entre ellas la flexibilización temporal de los tiempos de conducción y descanso de los transportistas profesionales, para garantizar el suministro de bienes esenciales como alimentos, medicamentos o combustible.
Emergencia nacional y primeras medidas de recuperación
La magnitud del apagón llevó a varias comunidades autónomas a solicitar la declaración de emergencia de nivel 3, lo que activó una respuesta coordinada a nivel nacional. La Unidad Militar de Emergencias se desplegó en puntos estratégicos para ayudar en las tareas de asistencia, y se reforzó la presencia de las fuerzas de seguridad en las ciudades.
Durante la tarde-noche, el suministro eléctrico comenzó a recuperarse de manera paulatina. A última hora de ayer, se había restablecido más del 60% de la demanda habitual, aunque algunas áreas urbanas y rurales seguían sin luz. Se espera que la normalización completa del sistema eléctrico se alcance entre la madrugada de hoy martes y las primeras horas del día.
En cuanto al transporte, los servicios ferroviarios de larga distancia y media distancia continuarán suspendidos hoy, mientras que las líneas de Cercanías se irán restableciendo gradualmente. Las principales ciudades mantienen el transporte urbano gratuito como medida extraordinaria para facilitar la movilidad.
España afronta ahora la fase de recuperación tras un apagón que puso a prueba su sistema eléctrico y de transporte como no se recordaba en décadas.