En un sector donde la seguridad no admite compromisos, ATE ha vuelto a demostrar que está un paso por delante. La compañía, especialista en sistemas de frenado, ha dado a conocer los resultados de las últimas pruebas comparativas realizadas por institutos independientes, y el veredicto es contundente: las pastillas ATE Original destacan por su rendimiento superior, frenado silencioso y resistencia al desgaste.
Tecnología que protege, pruebas que lo confirman
Las pruebas, desarrolladas bajo normas internacionales reconocidas (SAE J 2522:2014, J 2521:2013 y J 2707), evaluaron el comportamiento de las pastillas ATE frente a tres productos de la competencia y una referencia de equipo original (OE), en condiciones reales de conducción. El resultado ha sido una victoria en tres frentes clave: eficacia de frenado, nivel de ruido y durabilidad.
En frenadas exigentes, las pastillas ATE mantuvieron un coeficiente de fricción superior a 0.30, ofreciendo una respuesta estable, rápida y segura. En materia de ruido, solo un competidor logró acercarse al rendimiento acústico de ATE, que sobresalió por un frenado significativamente más silencioso. Y en durabilidad, la ventaja fue clara: menos desgaste, menos sustituciones y más ahorro para el usuario.
Más que componentes: confianza al volante
Para ATE, estos resultados no son solo cifras. Son el reflejo de una filosofía basada en la innovación constante y en el compromiso con la seguridad de millones de conductores. “No basta con cumplir, hay que superar expectativas”, señalan desde la compañía. Por eso, los ensayos se repiten periódicamente y con total independencia.
La combinación de rendimiento técnico, confort de conducción y fiabilidad convierte a las pastillas ATE en una opción premium, no solo para talleres y profesionales del sector, sino también para usuarios que no están dispuestos a comprometer su seguridad.
Desde hace décadas, ATE ha marcado el camino en el desarrollo de soluciones de frenado, y este nuevo reconocimiento reafirma su lugar entre las marcas de referencia. Con cada frenada segura, ATE demuestra que su apuesta por la calidad no es marketing: es una promesa cumplida.
