Tras el análisis de 3.000 neumáticos cambiados en distintas localizaciones, se ha calculado que el 54% de estos circula con una profundidad inferior al mínimo establecido de 1,6 milímetros. Esto resulta en un mayor riesgo en la conducción tanto para los ocupantes del vehículo como para los demás usuarios de la vía. Por debajo de este nivel los neumáticos dejan de cumplir con las garantías de seguridad, principalmente sobre asfalto mojado, alargándose la distancia de frenado y aumentando la posibilidad de que se produzca 'aquaplaning'.
Un neumático con la profundidad límite de 1,6 mm, según datos obtenidos por un estudio de MIRA (Industria de investigación del motor) del Reino Unido, requiere una distancia de 39,5 metros para frenar a 80 kilómetros por hora sobre mojado. Con una profundidad de 3 mm, la distancia se reduce a 31,7 metros, con una profundidad de 8 mm la distancia necesaria es de 29,5 metros.
Apurar en exceso
También cabe destacar que el estudio realizado por Confortauto estima una media de 1,8 milímetros de media en los neumáticos analizados, cifra mucho más cercana al límite de 1,6 mm que a una rodadura sustancialmente más segura como la de 3 mm, recomendada por organizaciones como ROAD SAFE y TIRE SAFE en Reino Unido. Esto indica que los usuarios retrasan el cambio de neumáticos más allá de lo recomendable.