Cuando en los meses previos al verano, el barril de Brent (de referencia en Europa) se encontraba rozando los 150 dólares, y los más pesimistas comenzaban a plantearse como posible la otrora utopía de los 200 dólares/barril, nadie podía imaginarse que la cotización del ‘oro negro’ pudiese fluctuar a la baja, ni en tanto porcentaje ni tan rápidamente, pues el viernes se situó en el entorno de los 78 dólares. En apenas cuatro meses, ha perdido casi la mitad de su precio, lo que unido a la estabilidad económica que sufre todo el planeta, está generando un desplome casi sin precedentes en las Bolsas mundiales. En algunos países, se ha llegado a paralizar la sesión cuando, en un sólo día, el índice general caía más de 10 puntos porcentuales. Ni siquiera la debilitación del euro frente a la moneda americana palía estos efectos.