En primer lugar, se ha considerado que es necesaria la presentación de una tarjeta acreditativa que, mostrada al conductor desde la propia parada, permita la utilización del servicio de transporte urbano al usuario.
El solicitante de esta acreditación para poder hacer uso de los autobuses que recorren la ciudad tendrá que disponer de tarjeta acreditativa del grado de discapacidad, con un grado igual o superior al 33% y calificación S de movilidad reducida. Asimismo, el escúter deberá cumplir la norma UNE-EN 12184, referida a sillas de ruedas con motor eléctrico, y el peso total de usuario y escúter tendrá que ser inferior a 300 kilos, por ser el peso máximo autorizado de las rampas de acceso a los autobuses.
Según se desprende del expediente que se vio en la Comisión Informativa de Movilidad, también será necesaria una prueba favorable de maniobrabilidad y acceso al espacio de transporte del autobús. Actualmente, la empresa encargada del servicio de transporte urbano, Vectalia, dispone de tres tipos de autobuses en su flota (20 Mercedes Cítaro, 10 Man Lion’s City y tres Iveco Iris bus), siendo el espacio disponible para usuarios en silla de ruedas o escúter variable en estos tres modelos de autobús, por lo que «las pruebas de maniobrabilidad se deberán realizar en el caso más desfavorable que, por otra parte, «corresponde con dos tercios de la flota total», indicaron desde la adjudicataria, señalando que es el caso de los Mercedes Cítaro.