Su principal administrador, Óscar Saenz de Urturi, que lleva más de 40 años en la compañía, afirma que "el año pasado realizamos 180 reparaciones de vehículos especiales nuevos en el mercado español, lo que se traduce en un volumen de facturación de 3,3 millones de euros. Nuestras previsiones para 2022 apuntan a incrementar la producción un 20%, como mínimo".
De la mano de MAN
El producto de Burillo "continúa siendo la carrocería para autobuses urbanos de clase I, en colaboración con MAN", sin que estén previstas novedades en este sentido. En cambio, de cara al futuro, Saenz de Urturi apunta que "el mercado del urbano es nuestro segmento más fuerte, y seguimos apostando por él. El futuro de la industria carrocera lo vemos complicado, porque existen demasiadas amenazas externas que crean incertidumbre y que afectarán a ventas y resultados".
Ante dichas amenazas, Burillo "mantendrá la actividad de los últimos años, ya que no consideramos que sean tiempos de implantar nuevas estrategias", sin mirar hacia el mercado internacional, al que "hemos dejado estacionado y no lo establecemos como prioritario", añade Saenz de Urturi, antes de concluir que Burillo "es una empresa familiar y no participaremos en la FIAA".