Al menos, en eso está trabajando el el Instituto de Biomecánica (IBV), que por medio del proyecto SUaaVE (‘Supporting acceptance of automated Vehicle’), pretende alcanzar un vehículo autónomo que nos entienda, sepa si sentimos miedo, enfado, satisfacción, aburrimiento, angustia, ira o alegría, e incluso detecte nuestro nivel de concentración, atención o estrés.