AOP ha criticado el impuesto por falta de justificación real, problemas en su planteamiento y errores de aplicación derivados de su configuración. La asociación también señaló que la introducción del impuesto podría tener consecuencias preocupantes, lo que obligaría a retirar recursos que actualmente se gastan en investigación e inversión en nuevas tecnologías que ayuden a descarbonizar los productos y mejorar la eficiencia energética en los procesos. Reducir sus recursos podría ser especialmente perjudicial para las inversiones climáticamente neutras prometidas por España y Europa.
AOP se manifiesta
Además, AOP apunta al grave impacto en sectores estratégicos de la economía española, como el refino de petróleo, tal y como reconoce el Gobierno en el Plan de Seguridad Energética (Plan+SE), señalando que el sistema de refino de petróleo español "puede considerarse único en Europa" porque "tiene una gran flexibilidad, para adaptarse a todo tipo de situaciones, permitiendo a los agentes del mercado del refino suministrar de una variedad de fuentes". Precisamente gracias a las inversiones realizadas entre 2008 y 2012, por valor de casi 7.000 millones de euros, el suministro de combustible en España está hoy asegurado, pero esta situación puede verse afectada por la introducción de nuevos impuestos.
El sector del refino ¿en peligro?
En este sentido, la industria del refino lamenta la pérdida de oportunidades creada por la revisión parlamentaria de las normas de la comisión, pues subsisten las correspondientes incongruencias y carencias, que la propia asociación ha señalado desde un inicio. Entre ellos destacan el riesgo de doble imposición con el Impuesto sobre Sociedades, bases imponibles mal definidas o rendimientos de otras actividades no relacionadas con la energía (por ejemplo, venta de productos distintos al combustible, venta en gasolineras). Tampoco incluye medidas para promover o al menos no desincentivar las inversiones necesarias para impulsar el proceso de descarbonización de la economía y garantizar el abastecimiento de la UE, créditos fiscales a la inversión o compromisos de inversión en el futuro (2022-2027) a través de planes de inversión destinados a la descarbonización y transición energética.
En definitiva, este impuesto penaliza a un sector importante como el del refino y especialmente estratégico en la actual situación geopolítica, reduciendo su competitividad y minando su inversión en descarbonización y transición energética.