Unos se fijarán en unos aspectos de su interés, y otros en algunos diferentes. Pero lo que es seguro es que todos los integrantes del Sector esperan con incertidumbre (y con cierto nerviosismo, por si hay sorpresas) el articulado de la Ley. Tiempo habrá, sin duda, de analizar todos los matices de tan importante norma, pero mientras tanto, cabría preguntarse las razones por las que el Gobierno, o el Mitma en este caso concreto, no han sido más dialogantes con el Sector en los preliminares. Ausencia de diálogo Es cierto que el Comité Nacional tuvo acceso, durante la consulta pública correspondiente, a las bases sobre las que iba a construir la Ley. Pero de eso hace muchos meses, y no hay razón lógica para que las conversaciones no se hayan sucedido en el tiempo. Ese diálogo cercano que mantenían Sector y Administración en otros momentos no tan lejanos (durante la pandemia, sin ir más lejos, que fue reconocido y aplaudido por los profesionales), ha brillado por su ausencia en esta ocasión. Como pasó también, por cierto, en relación con el proyecto de modificación del mapa concesional, con el resultado que todos conocemos. De ahí la incertidumbre. No se conocen los artículos, ni las enmiendas políticas incluidas, ni si las peticiones sectoriales han sido escuchadas… Y teniendo en cuenta que la modificación de esta Ley, una vez sea aprobada, podría abordarse dentro de una o dos décadas, ahora es el momento para que el texto final incluya todo lo necesario. Crucen los dedos, por si acaso. Que le sea útil. Es nuestro mayor interés.