Pero tampoco se puede obviar la realidad. Y, aunque no lo parezca, pasa por los tribunales. Más allá de las impugnaciones en marcha sobre diferentes licitaciones autonómicas relacionadas con el transporte regular, algo que no es novedad en los últimos años, los procesos judiciales proliferan de manera preocupante. Por ejemplo, y solo por mencionar los de las últimas semanas, están en entredicho algunos concursos de transporte escolar o algunos asuntos en País Vasco que tienen que ver con el OARC (órgano de recursos contractuales)… Se buscan razones Las preguntas podrían ser: ¿Por qué? ¿A qué se debe que estas cuestiones lleguen a los tribunales? ¿Por qué no ha sido posible alcanzar antes un acuerdo que lo impida? ¿De quién o quiénes es la responsabilidad/culpa? Mientras que las respuestas se esclarecen, lo que convendría incluir en la carta a los Reyes Magos es un poco más de empatía por todas las partes, mayor talante de diálogo y más ganas de resolver conflictos, dejando de lado intereses partidistas o políticos. Lo dicho: muy felices fiestas y todo lo mejor para 2023.