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El amoníaco entra en escena como propulsor
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El amoníaco entra en escena como propulsor

jueves 16 de febrero de 2023, 07:00h

El futuro de la automoción no dependerá de combustibles fósiles. En eso parece que estamos todos de acuerdo. Lo que no está tan claro es cuál, o cuáles, serán sustitutos.

A la propulsión eléctrica y al hidrógeno se suman los e-fuels, los combustibles sintéticos y algunas alternativas, a la que se acaba de incorporar el amoníaco.

En Alemania


Algunas empresas se están dando prisa para intentar estar preparadas

Ha sido en Estados Unidos y de la mano de Amogy Inc, una compañía especializada en soluciones energéticas de amoníaco sin emisiones. Después de poner en el mercado esta tecnología en un dron de 5 kW (a mediados de 2021) y en un tractor John Deere de 100 kW (en 2022), ahora llega el turno de la tractora, la cual después de “un repostaje de ocho minutos de duración, hasta los 900 kWh de energía eléctrica neta total almacenada, se probó durante varias horas en el campus de la Universidad Stony Brook”.

Y el primer contacto ha sido satisfactorio, propiciando un test más exhaustivo en una pista de pruebas, que tendrá lugar antes de que acabe el mes con el objetivo de “demostrar el rendimiento del camión en diversas condiciones de funcionamiento en operación real”.

Un sistema para la transición

“El sistema de conversión de amoniaco en energía de Amogy puede facilitar la transición de la industria desde los motores diésel hacia tecnologías alternativas de conversión de combustible en energía. La tecnología patentada de Amogy permite transformar el amoníaco en hidrógeno, que se envía directamente a una pila de combustible para alimentar el vehículo. El amoníaco líquido tiene una densidad energética aproximadamente tres veces superior a la del hidrógeno comprimido y requiere mucha menos energía, por lo que su almacenamiento y transporte resultan rentables”, explican desde la entidad, argumentando las bondades de su producto.

Además, la infraestructura para su transporte y almacenamiento ya existe, cifrada en “200 millones de toneladas de amoníaco al año en todo el mundo, lo que lo convierte en un combustible alternativo accesible”.

"Más allá de su increíble densidad energética y su fase líquida a temperatura ambiente, el amoníaco es un combustible óptimo para lograr una rápida descarbonización del transporte pesado, ya que está disponible en todo el mundo con la infraestructura existente", concluye Seonghoon Woo, consejero delegado de Amogy.