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'El flujo de mercancías en las Zonas de Bajas Emisiones'

Artículo de opinión de May López, directora de Desarrollo de Empresas por la Movilidad Sostenible, directora del MBA Sostenibilidad ESG de EAE Business School, profesora de RSC, Logística y Sostenibilidad en distintas escuelas de negocio y con más de 20 años de experiencia en sostenibilidad en el sector de la Logística y Transporte

miércoles 08 de febrero de 2023, 07:00h

“¿Puedo entrar con mi coche? Esta es una de las preguntas que más se hacen los ciudadanos cuando se habla de las Zonas de Bajas Emisiones. Sin embargo, además de la movilidad de las personas, uno de los grandes protagonistas en las mismas es la movilidad de mercancías.

'El flujo de mercancías en las Zonas de Bajas Emisiones'
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Y es que, tanto por su esencialidad para garantizar la economía y la calidad de vida en dichas zonas y la de los ciudadanos en general, como por el crecimiento que está experimentando y los impactos no siempre positivos de la conocida ‘última milla’ en las ciudades, la distribución de mercancías ha pasado de ser la gran olvidada a adquirir cada vez un mayor protagonismo.

Por ello, nos encontramos en un momento de grandes cambios normativos en torno a ella. Muchos de ellos con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero también de mejorar la calidad del aire de las ciudades, minimizar el impacto acústico o gestionar de forma eficiente el espacio público, entre otros. Cambios que se conseguirán y traerán consigo una mayor digitalización, eficiencia de los procesos e integración de la sostenibilidad (ambiental, social y económica) en las cadenas de suministro.

De hecho, la recientemente aprobada Ley de Movilidad Sostenible recoge la consideración del transporte de mercancías como un servicio indispensable para la sociedad, y la necesidad de implementar medidas adecuadas para que aumente la eficacia y competitividad en el transporte de mercancías y la logística.

170

municipios

han iniciado el proceso para establecer una ZBE en su área de influencia.

Otro claro ejemplo de estos cambios normativos es la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que desde el 1 de enero obliga a más de 149 municipios españoles a implantar una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Esto supondrá, en muchos casos, la imposición de limitaciones a la circulación de los vehículos más contaminantes.

Así, se estima que las ZBE afectarán a más del 50% de la población, aunque su alcance será, probablemente, mayor, pues han sido 170 los municipios que han recibido la aprobación de las ayudas de la primera convocatoria del MITMA para su implantación y desarrollo.

Sin duda, esta normativa tendrá un gran impacto en nuestras vidas, ya que tanto como empresas como ciudadanos, generamos y dependemos de la movilidad. ¿Pero qué es lo más relevante de cara al transporte de mercancías?

Las cuatro claves

Tras la aprobación del Real Decreto que regula las ZBE el pasado 27 de diciembre, quizá estos sean los cuatro aspectos claves a tener en cuenta, más aún si consideramos que las ZBE no van a ser estáticas, sino zonas que irán evolucionando de forma progresiva:

1. El cambio de jerarquía: las zonas darán una mayor prioridad a los modos de transporte menos contaminantes, que pasarán a tener un mayor protagonismo en las ciudades, al tener más ventajas de acceso y movilidad en las mismas frente a los modos de transporte y vehículos más contaminantes

2. Una ‘última milla sostenible’: probablemente por primera vez se recoge la necesidad de garantizar la sostenibilidad de la distribución urbana de mercancías (última milla) y fomentar la intermodalidad.

3. Medir para mejorar: el Real Decreto establece los requisitos mínimos que deben cumplir las zonas de bajas emisiones en materia de calidad del aire, cambio climático, impulso modal, eficiencia energética y ruido. Y con ello, establece los indicadores mínimos que se han de medir para analizar el impacto de las medidas adoptadas y la evolución de las mismas en el tiempo.

Como consecuencia de estos tres puntos, se comenzará a medir:

    • Porcentaje de vehículos cero emisiones con respecto al total de la flota de vehículos privados, transporte colectivo y también del transporte de mercancías.
    • Porcentaje de repartos con última milla en modos activos (a pie o bicicleta).
    • Porcentaje de repartos con última milla en vehículos eléctricos.
    • Densidad de centros de distribución de carga (número de centros/hectárea).

4. Cooperación y coordinación entre Administraciones públicas: la norma prevé también la cooperación y coordinación entre Administraciones públicas para dar cumplimiento a los objetivos de las zonas de bajas emisiones y la necesidad de adoptar medidas de coordinación entre municipios, incluyendo la posibilidad de establecer zonas de bajas emisiones supramunicipales. Algo clave si consideramos que, solo en la Comunidad de Madrid, más de 20 municipios deberán implantar una ZBE en los próximos meses.

De ahí la importancia de iniciativas como Tollbox ZBE (zonasdebajasemisiones.com), presentada en la Semana Europea de la Movilidad 2022 con el apoyo del Mitma, la DGT y la Fundación Conama, que tiene como objetivo fomentar la colaboración público-privada y facilitar la toma de decisiones de manera más eficiente, saber qué hay que hacer —y qué hay que evitar— y generar impactos positivos que redundan en una sostenibilidad ambiental, económica y social.

Una plataforma que reúne de forma práctica y amena información de referencia de Zonas de Bajas Emisiones, que está abierta a aquellos Ayuntamientos y organizaciones que quieran compartir sus casos de éxito, ya que recoge iniciativas y soluciones que ya han sido implantadas en otras ciudades y que aportan beneficios y resultados positivos. Porque es necesario que se establezcan unos criterios homogéneos para que las empresas de distribución que operarán en todas ellas sean más eficientes”.