Para mejorar la medición, se proponen tres alcances de emisiones:
La medición de gases de efecto invernadero no es una tarea fácil. Durante las últimas dos décadas, se han desarrollado varias metodologías para llevar a cabo esta tarea. Una de las más establecidas es el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (conocido como protocolo GHG en inglés), el cual se basa en el acuerdo del Protocolo de Kioto firmado en 1997. Actualmente, esta metodología es ampliamente utilizada para calcular la huella de carbono de empresas y otras organizaciones.
El alcance 3 es vital para lograr "Net Zero"
"Según Fernanda García de la organización Climate Risk and Disclosure Associate de Carbon Trust, el objetivo del protocolo GHG es permitir a las organizaciones y empresas medir y gestionar de manera más efectiva sus emisiones separándolas en tres alcances diferentes. Esta organización fue creada con el propósito de ayudar a las empresas y administraciones a acelerar su descarbonización. El alcance 1 se refiere a las emisiones directas, mientras que el alcance 2 abarca las emisiones indirectas provenientes de la energía comprada. Por último, el alcance 3 agrupa todas las demás emisiones indirectas."
Las emisiones de alcance 1
Todas las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero que sean propiedad o estén controladas por una organización se incluyen en el alcance 1 al calcular su huella de carbono. Según el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, esto abarca el consumo de combustibles en instalaciones fijas de la empresa, en cualquier tipo de medio de transporte y en la maquinaria, las posibles fugas de gases fluorados de los equipos de refrigeración y cualquier otra actividad directa que genere estos gases.
Las emisiones de alcance 1 en una compañía de la industria automotriz, por ejemplo, abarcan todas aquellas generadas por el consumo de combustibles para la fabricación del motor y otras estructuras del vehículo, así como para su ensamblaje final en la línea de producción de la empresa.
Las emisiones de alcance 2
Todas aquellas emisiones indirectas asociadas al consumo de energía de la empresa son agrupadas por el alcance 2. Según el ministerio español, en este cálculo se deben incluir el consumo eléctrico en edificios y vehículos, el consumo de otras energías como calor, vapor, frío o aire comprimido, y las instalaciones de energía renovable. Todas las emisiones generadas por la electricidad adquirida para hacer funcionar las instalaciones, desde la luz de la fábrica de montaje hasta la máquina de café de las oficinas comerciales, están incluidas en el ejemplo del coche.
Las emisiones de alcance 3
Dentro del alcance 3 se encuentran todas las emisiones indirectas que se generan en la cadena de valor de la empresa debido a su actividad, lo cual abarca todo excepto las emisiones producidas por la organización en sus instalaciones y las emisiones relacionadas con el consumo directo de energía. El protocolo GHG establece 15 categorías de emisiones en el alcance 3, las cuales se dividen en dos grupos principales: emisiones "upstream" (relacionadas con los bienes y servicios adquiridos o comprados) y emisiones "downstream" (relacionadas con los bienes y servicios vendidos después de dejar de ser propiedad de la empresa).
Las emisiones generadas para el abastecimiento de materiales como el aluminio, el plástico o el caucho y la fabricación de las piezas del motor y otros componentes manufacturados por terceros, así como el uso del coche por parte de su dueño y los procesos desplegados al final de su vida útil (como el reciclado), serían incluidas en el alcance 3 de la industria automotriz.
Hay seis razones principales para esto: la cadena de suministro es compleja, no se tiene control sobre las fuentes de emisiones, los datos a lo largo de la cadena de suministro son escasos, hay variabilidad en las metodologías de cálculo, industrias y regiones, las emisiones son difusas e indirectas por naturaleza y existen informes incompletos sobre los gases de efecto invernadero generados.
Los tres alcances desempeñan un papel clave en la reducción de emisiones hasta alcanzar la neutralidad de carbono. Según García, el alcance 1 es esencial para los esfuerzos internos de reducción, ya que se enfoca en las emisiones bajo el control directo de la organización. Además, el alcance 2 es crucial para aquellas organizaciones que están haciendo la transición a fuentes de energía más limpias y promoviendo el uso de energías renovables. Por último, el alcance 3 es vital para lograr "Net Zero", ya que abarca una parte significativa de la huella de carbono de una organización, especialmente en relación con la cadena de suministro y las emisiones del ciclo de vida del producto.