La creciente falta de conductores de autobús en Europa, con 105.000 vacantes en 2023 y una proyección de duplicarse en 2028 según IRU, pone en riesgo la frecuencia de los servicios de transporte público, el acceso a servicios esenciales, y sectores como el turismo, amenazando la cohesión territorial, un principio clave de la Unión Europea. Así lo han reconocido las eurodiputadas socialistas Rosa Serrano, Idoia Mendia y Alicia Homs, quienes han interpelado a la Comisión Europea para tratar de abordar nuevas medidas que pongan freno a esta tendencia.
Se ha incidido en la importancia de hacer más atractiva la profesión
La Comisión ha admitido ser consciente de este problema, lo que ha llevado a un breve debate en el que se han propuesto diferentes medidas. La primera de ellas consiste en mejorar las condiciones laborales mediante el Paquete de Movilidad y la revisión de las normas de conducción y descanso, pues se considera que ahora mismo la profesión es poco atractiva, pero esto puede revertirse para que las nuevas generaciones la consideren más apetecible y se vean incentivados a decantarse por ella.
En este sentido, se ha propuesto también fomentar vocaciones con programas como Erasmus+, el Fondo Social Europeo Plus y la iniciativa Mujeres en el Transporte, incidiendo también en la necesidad de atraer a nuevos profesionales mediante un mayor atractivo. Por último, se ha barajado tambén la opción de atraer talento extranjero, integrando a conductores de terceros países a través de iniciativas como la reserva de talentos de la UE. Esto es de hecho algo que ya se está haciendo en algunos países, simplificando los trámites para que los conductores de otros continentes puedan ejercer también en Europa.
Un enfoque integral
La solución exige un enfoque integral que implique a los Estados miembros, las empresas y la sociedad para dignificar la profesión y garantizar el transporte público como servicio esencial.