Según el primer edil, existen dos objetivos prioritarios. Por un lado, racionalizar el uso de los medios de transporte, principalmente el de los vehículos privados. Por otra parte, se persigue cambiar los hábitos de movilidad más problemáticos orientándolos hacia unas pautas más sostenibles y respetuosas con el entorno natural y urbano.
Tamayo opina que la elaboración de este documento y su posterior desarrollo "pueden reportar importantes beneficios a nuestra ciudad, en cuanto que la mejora de la movilidad supone siempre una mejora en la calidad de vida, pues puede contribuir a reducir los tiempos de desplazamiento que empleamos a diario, mejorar la seguridad y la comodidad de los mismos, disminuir el consumo energético que destinamos al transporte y proteger la calidad del entorno en el cual nos movemos".
Para la elaboración del plan, se han previsto dos fases. Una primera de diagnóstico que busca tener un conocimiento preciso del estado de la movilidad en el municipio y las necesidades de los ciudadanos, todo ello a través de campañas de encuestas telefónicas y a pie de calle, conteos y visitas técnicas a lo largo de la ciudad que se realizarán durante los meses de febrero y marzo. La segunda fase tendrá por objetivo el diseño de las propuestas de actuación, llegando a concretar un programa de inversiones que guíe la política municipal a lo largo del tiempo.