Ante esta situación, la Asociación Española de la Carretera "quiere alertar de las consecuencias que estos recortes tendrán para el país, tanto a nivel social como económico", según expresa en un comunicado en el que recuerda el rol de "servicio público" y "vertebrador social" que cumple la carretera. Además, el transporte por carretera genera más de 23.000 millones de euros en recaudación fiscal para las arcas públicas —continúa la nota— contribuyendo con un 5,9% al Producto Interior Bruto (PIB), "cifra que podría superar el 14% si se considera la participación del transporte por cuenta propia o el sector del automóvil privado".
Por otra parte, la AEC alaba la inversión realizada por Fomento en los últimos seis años para mejorar la red viaria, de casi 20.000 millones de euros, lo que ha convertido a España en uno de los países europeos con más kilómetros de vías de alta capacidad. "Pero todas las mejoras conseguidas, y todo ese valor patrimonial, están ahora en peligro por la reducción de la inversión, especialmente preocupante en lo que a conservación se refiere", advierten desde la Asociación. "Durante este 2010, no se va a destinar ni un solo euro a reparar los firmes, y la partida dedicada a conservación ordinaria (mantenimiento general de la vialidad) se reduce a la mitad", siendo el total estimado para todo el ejercicio de 482 millones de euros frente a los 900 presupuestados.
Además de aumentar los gastos de circulación para el ciudadano (mayor consumo de combustible, desgaste de los elementos mecánicos del vehículo, tiempo invertido en los trayectos), la AEC recuerda que "al consumir más, los vehículos emitirán más gases contaminantes". "Además, en cuanto al valor de la infraestructura, cada año que no se invierte en firmes se produce una pérdida de casi 900 millones de euros. Y cada euro que deja de invertirse en conservación se transforma en 5 euros en conservación posterior y 25 euros en reconstrucción futura", calcula.
¿Y el AVE?
"Mientras la carretera sufre la mayoría de los recortes, el sector viario comprueba asombrado cómo el ferrocarril de alta velocidad continúa su camino de ascenso, a pesar de que su rentabilidad económica y social sigue a día de hoy pendiente de demostrar, y sin que los ciudadanos sepan cuánto les va a costar construir y explotar esas líneas de AVE", continúan desde la AEC.
"Desde la Asociación Española de la Carretera, somos conscientes de la situación que atraviesa el país y de que el reequilibrio del déficit público es la máxima prioridad en el momento presente. Sin embargo, consideramos inexcusable tratar de situar las inversiones en carreteras en el lugar que les corresponde, acorde con su importancia social y económica", finaliza el comunicado.
