En un inusitado ataque a la estructura actual del sector ferroviario, Kallas ha denunciado "las oscuras relaciones entre las empresas ferroviarias, los políticos y los diferentes lobbies" de las que denominó "muy fuertes estructuras ferroviarias político-nacionales que deben abandonar cualquier tipo de interferencia política en aras a la búsqueda de la pura eficiencia, el resultado económico sostenible y la alta calidad de los servicios al usuario final".
Para ello, se precisa –enfatizó- más inversión en infraestructura ferroviaria. Tras apelar al capital privado, el comisario desveló el gran potencial de Europa para atraer inversiones en este sector si se opta por una separación entre política y decisiones empresariales, apostando por la fórmula de la empresa privada, según él, el mejor modo de lograr esta independencia.
En relación con el transporte por carretera y tras admitir que es razonable que el usuario cubra hasta cierto punto los costes por el uso que hace de la carretera y la infraestructura urbana, Kallas indicó que el usuario no puede soportar ilimitadamente los costes relativos a la infraestructura, al mantenimiento, a la protección del medio ambiente o a la congestión hasta el punto de disuadirle en favor del transporte ferroviario. "Los usuarios de la carretera son una parte importante de la población y también del electorado", señaló.
Por último, auguró que el transporte por carretera (mercancías y viajeros) mantendrá una "alta competitividad", aunque con vistas al largo plazo todo dependerá del éxito en el uso de combustibles alternativos.