La T-10 supone el 70% de billetes del total y registra así el mayor incremento de la historia desde que se integraron las tarifas de los transportes metropolitanos en 2001, situándose al nivel de la tarifa que tiene ahora para el Metrobus, que se eleva a 9,30 euros, si bien no está integrado; mientras que la T-10 de dos zonas aumenta dos euros, hasta los 18,4 euros.
El conseller de Territori i Sostenibilitat, Lluís Recoder, presentó las nuevas tarifas en el marco de un conjunto de medidas que tienen como objetivo garantizar una movilidad sostenible, tanto desde el punto de vista económico como medioambiental.
Destacó que la Generalitat tiene como objetivo prioritario el salvaguardar el transporte público, incrementar el estado del bienestar y hacerlo económicamente sostenible. Por eso, el Departamento incrementará en sus presupuestos de 2012 la aportación a la ATM un 6,3%, hasta un total de 300 millones.
También quiso destacar que la revisión de las tarifas bonifica a los usuarios más habituales, pues se abaratan las de la tarjeta T-Trimestre (de 140 a 135 euros) y de la T-Mes (de 51 a 50 euros).
Aportaciones
La Generalitat ha justificado las subidas por el descenso de aportaciones del Estado al sistema, que previsiblemente pasarán de 184 a 113 millones de euros (un 43,5% menos), lo que no se compensa con los 300 de la Generalitat; 80 del Ayuntamiento de Barcelona, 9,5% más; y la congelada en 1994 del Área Metropolitana (AMB).
"Corregir el desequilibrio financiero" entre usuarios y administraciones es otro de los objetivos que persigue la medida, lo que se logrará parcialmente con las subidas, de forma que los pasajeros pasarán a sufragar el 47,2% del coste del sistema y las administraciones el 52,8% (frente al 40-60% actual) de los 1.213 millones que necesitará el sistema en 2012.
Como era de suponer, muchas son las voces contrarias a la subida de tarifas. El primer teniente de alcalde y presidente de TMB, Joaquim Forn, ha reconocido que la subida "no diría que es justa, pero entra en el terreno de lo absolutamente necesario" para hacer sostenible en el futuro la red pública ante la posibilidad de que "entre en quiebra".
