"El Sector del transporte público por carretera, en todos sus ámbitos (mercancías —tanto en vehículos pesados como ligeros— y viajeros —autobuses y taxis—), está atravesando una crisis sin precedentes, con una reducción de la facturación desconocida hasta ahora pero, por el contrario, el precio del gasóleo no deja de subir: en noviembre de 2010, el precio medio por litro en surtidor ascendía a 111,45 euros, mientras que en noviembre de 2011 han sido 130,70 euros, es decir, en un año se ha incrementado más del 18%", apuntan desde la patronal segoviana.
En un comunicado, Asetra considera "de todo punto inoportuna la medida que se va a aplicar en Castilla y León, y creemos que, al igual que el ‘céntimo sanitario’ no se va a aplicar ni al gasóleo de calefacción ni al de uso agrícola y ganadero, debería ocurrir lo mismo con el gasóleo de automoción de uso profesional. De lo contrario, nos encontraríamos ante un gravísimo agravio comparativo (igual de profesional es el uso que los agricultores dan al combustible necesario para que funcionen los tractores, que el que hace un transportista cuando llena el depósito de su camión)".
Por último, Asetra se mantiene a la espera de que se publique, de manera oficial, la norma que va a incorporar ese incremento fiscal, para hacer una valoración definitiva.
Gasóleo profesional
Pero no es éste el único frente abierto con relación al precio del combustible. Por eso CETM reitera su preocupación por la nueva fiscalidad del gasóleo profesional, consecuencia de la desaparición de la bonificación sobre este carburante que ha entrado en vigor el 1 de enero, lo que supone un incremento de 2,8 céntimos de euros por litro para los transportistas profesionales, tanto de viajeros como de mercancías. Traducción, un aumento de la fiscalidad del 9,27 %.
Es probable que no exista un efecto negativo sobre la inflación, dadas las dificultades que tienen los transportistas para trasladar sus subidas de costes a los precios que cobran al cliente, pero sí será negativo sobre sus cuentas de resultados.