Con esta actuación, que ha supuesto una inversión de 97 millones de euros, se ha triplicado la capacidad del intercambiador que ya estaba operativo en la zona. Las nuevas instalaciones harán posible, una vez se trasladen todos los autobuses a la nueva zona, remodelar la antigua infraestructura, dotándola de mejoras en accesibilidad y climatización. La presidenta ha avanzado que la parte antigua se remodelará en un plazo de nueve meses, tras lo que se añadirán 14 dársenas a las 20 inauguradas.
Con todo ello, ambas infraestructuras, contarán con las mismas condiciones, entre las que destacan los sistemas de braille para ciegos, los caminos guiados o los asientos especiales y ascensores para personas con movilidad reducida.
La reforma incluye un puesto de control para organizar el tráfico dentro del intercambiador, teniendo en cuenta que se incluye una zona de estacionamiento para que los autobuses esperen en el interior y no en superficie, y un centro de información para los usuarios.
Compleja ampliación
La ampliación se ha llevado a cabo mediante una obra de gran complejidad, en la que el intercambiador ha tenido que construirse bajo el Arco del Triunfo de Moncloa sin dañar los pilares, que se encuentran integrados dentro de las instalaciones, y en el que se ha tenido que modificar la ubicación de la línea 3 de Metro situada en la zona.
Esta actuación está contemplada en el nuevo Plan de Intercambiadores que está desarrollando el Consorcio Regional de Transportes, con la construcción en Madrid de Conde de Casal y Chamartín, así como un segundo anillo de intercambiadores regionales.
