El escepticismo se ha hecho patente en el interior de la asociación, que se ha mostrado crítica y ciertamente desencantada con las nuevas propuestas. "Es esencial que los responsables políticos tengan en cuenta las realidades en las que opera la industria", destaco Ivan Hodan, Secretario General de Acea.
En la organización ha surgido el temor a que las tribulaciones que se producen en el Parlamento Europeo puedan responder más a actitudes improvisadas y populistas frente a los ciudadanos que a objetivos que puedan ser aplicables en el medio y largo plazo. "No podemos darnos el lujo de jugar juegos políticos con esta industria, especialmente en estos tiempos", declaró Hodan, que añadió que el establecimiento de los nuevos límites no responden a un análisis objetivo del impacto, sino a "un toma y daca político".
Los dirigentes de Acea han respondido al PE recordando el esfuerzo que se lleva realizando desde hace años para reducir las emisiones y subrayando el agravio comparativo que sufren los fabricantes. "Ningún otro sector de la industria ha hecho tanto en el impulso de bajar los niveles de emisión tanto de sus productos y sus centros de producción", dijo Hodan.
"A pesar de no disfrutar de una fuerte demanda en el mercado, las furgonetas de baja emisión están demandadas por legisladores y líderes de opinión", criticó. En este sentido,el realismo reclamado poco tiene que ver con el nuevo el objetivo de 147g/km, que, según la Asociación sólo podría ser realizable con el establecimiento de la tecnología Full Hybrid (vehículos híbridos).
Delicada situación
Acea ha recordado la vulnerabilidad económica del subsector de los vehículos comerciales, que tiene especial vinculación con la raquítica y delicada situación de las Pymes y que ha sufrido desde 2007 un retroceso en las ventas del 39%. Por ello desde la organización se reclaman las máximas garantías para su protección.
Al mismo tiempo, Hodan se ha mostrado dispuesto a seguir avanzando en la reducción de emisiones. Hodan alentó a continuar protegiendo el sistema de 'súper-créditos', por el cual los fabricantes pueden continuar fabricando vehículos 'normales' a cambio de poner en el mercado un número estimado de vehículos limpios, lo que según Hodac "es la única herramienta a coste cero que puede estimular la innovación y la absorción por el mercado de las furgonetas eléctrico-recargables".