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MOVILIDAD URBANA

El futuro de los sistemas públicos de bicicletas y el transporte público en las ciudades

Las bicicletas públicas pueden ser unas grandes aliadas del transporte público tradicional

jueves 15 de enero de 2015, 01:00h

España es el segundo país del mundo, por detras de China, con más ciudades que han implantado sistemas de bicicletas públicas. Pero su utilidad y rentabilidad social y económica es muy desigual en nuestro país, según el estudio de Oscar Martínez y Sonia Alonso, recogido por Asintra.

El tipo de movilidad urbana varía según el tamaño y la zona de la ciudad. En general, en las zonas periféricas de las grandes ciudades predomina el uso del coche, seguido del transporte público, mientras que en las zonas más céntricas la movilidad tiene un gran componente no motorizado. Aunque muchos otros factores pueden determinar el tipo de movilidad, como el clima, las políticas locales de estacionamiento o la orografía.

Normalmente, la mayoría de desplazamientos urbanos se realizan a pie o en bicicleta (60% en Barcelona). Esto ha favorecido la proliferación de sistemas públicos de préstamo de bicicletas por toda España, que si están bien planteados, como en Barcelona, Sevilla o Valencia, alcanzan en sus primeros años de vida un promedio de uso bastante considerable (entre el 10% y el 20% de los usuarios del transporte público).

Sin embargo, en España, el uso más habitual de la bicicleta sigue siendo esporádico (40%) frente al 7% que utilizan la bici a diario, aunque ha aumentado considerablemente. La causa declarada más frecuente de que los españoles no usen la bicicleta es que no la tienen o la tienen estropeada (24%), mientras que quienes manifiestan que prefieren otros modos de transporte privado o público son apenas la mitad (12%).

De ello se deduce que, si se corrigen algunos problemas (como la inseguridad al circular) y se facilita el uso de bicicletas (por ejemplo, los sistemas de préstamo), es posible que un número mayor de españoles comenzase a usar la bicicleta más o menos habitualmente.

Impacto de los sistemas públicos de bicicletas

Los beneficios que genera el aumento en el uso de bicicletas gracias a estos sistemas son para el propio usuario al mejorar la salud y el estado físico. Además, puede ahorrar económicamente, puesto que estos sistemas son sensiblemente más baratos que el coche privado; y los que antes se desplazaban a pie ahorrarán tiempo.

Sin embargo, no todo son beneficios. Los costes de estos sistemas son elevados para las arcas públicas y la reducción de contaminación es menor que con el uso de la bicicleta privada pues, al tener que reubicar las bicicletas para disponer de ellas en todas las estaciones, se hace necesario el uso permanente de furgonetas. Aun así, el balance social es positivo, lo que corrobora el interés general de destinar recursos públicos a estos sistemas.