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La etiqueta energética de los neumáticos es ignorada por los usuarios, según un estudio de Continental

Nueve de cada diez expertos consultados opinan que dicha etiqueta no es tenida en cuenta por los clientes

jueves 23 de julio de 2015, 02:00h
Desde el 1 de julio de 2012, los neumáticos fabricados en la Unión Europea han de estar identificados con una etiqueta energética. Con esta medida, en vigor desde el 1 de noviembre de aquel año, se pretende informar a los consumidores sobre los niveles de eficiencia energética, seguridad y rumorosidad de las cubiertas que adquieren.

Sin embargo, nueve de cada diez expertos consultados por Continental opinan que dicha etiqueta no es tenida en cuenta por los automovilistas llegado el momento de adquirir unos neumáticos nuevos.

Es una de las conclusiones de un reciente estudio elaborado por Continental sobre seguridad vial, tendencias de consumo y posicionamiento de marca a partir de las opiniones de profesionales (representantes de fabricantes de automóviles, concesionarios, asociaciones, fundaciones, aseguradoras, etc...) y periodistas del sector de la automoción.

En conjunto, el 91% de los entrevistados asegura que los consumidores no prestan atención a la etiqueta energética a la hora de comprar unas cubiertas nuevas. Por lo que respecta al 9% restante, cree que la misma sí es consultada por los usuarios con el fin de analizar en qué medida los neumáticos adquiridos pueden contribuir a que su vehículo consuma menos carburante, garantice una frenada más corta y aporte un mayor confort a los ocupantes al reducirse el nivel de decibelios procedente de la banda de rodadura.

Por colectivos, los resultados son muy similares. Así, el 91% de los profesionales y el 92% de los periodistas consultados por Continental se muestran rotundos al afirmar que los automovilistas ignoran la etiqueta energética, frente al 9% y 8%, respectivamente, que opinan que la misma sí es tenida en cuenta.

Cómo leer la etiqueta energética

La etiqueta energética, de sencilla interpretación, refleja gráficamente tres apartados. El primero de ellos está reservado a la resistencia a la rodadura del neumático y las calificaciones van desde la letra A, que representa la máxima aportación de la cubierta a la reducción del gasto de combustible del vehículo, hasta la G. En cuanto al segundo, se sirve de la misma escala para medir la adherencia del neumático en superficie mojada, vital para garantizar una óptima frenada. Por debajo de ambos, tres barras curvadas representan el nivel de decibelios que provoca la cubierta al rodar. A menos barras en color negro, más eficiente será el neumático en dicho capítulo.