Ante esta situación la Confederación Española de Transportes (CETM), en la que se integra la Federación Gallega de Transportes, Fegatramer, considera que las buenas intenciones de la OECC “chocan frontalmente con la realidad a la hora de implantar las 44 toneladas”.
“Creíamos que se implantarían una serie de medidas para mejorar el Sector, pero solo hemos obtenido una negativa frontal”
Todo indica estar encaminado a “demonizar a un Sector cuya actividad mueve más del 90% de las mercancías en este país y que es clave para el funcionamiento de sus empresas, industrias y de la economía en general”. No se entiende, por tanto, que se pretenda “hacer quedar al Sector del Transporte por carretera como un elemento negativo, que va en contra de desarrollo económico y del medio ambiente, salvo por los intereses de las grandes industrias y grupos empresariales y logísticos, muchos de ellos extranjeros”.
Desde hace más de dos años la CETM, y el resto de las organizaciones integradas en el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), negocian con las principales asociaciones de cargadores (Aecoc, Aeutransmer y Transprime), la búsqueda de un acuerdo que mejore las condiciones de trabajo de los conductores y atienda cuestiones como la eliminación de los tiempos de espera en la carga y descarga; la revisión del precio del transporte en función del coste del combustible; la reducción de los plazos de pago y la desaparición de los tenders (subastas a la baja) en los servicios de transporte por carretera.
“Creíamos que se implantarían una serie de medidas encaminadas a mejorar el conjunto del Sector; pero solo hemos obtenido una negativa frontal que demuestra que su único objetivo era ampliar la capacidad de carga de los vehículos para incrementar la rentabilidad de sus negocios, sin contrapartida alguna para el Sector del Transporte”.
En consecuencia, la CETM entiende que “esta es una maniobra más de la industria y los cargadores, quienes pretenden presionar a los poderes públicos para conseguir una ampliación de la capacidad de transporte, que rechazamos rotundamente”, rechazo al que se une Fegatramer, que considera que “esta maniobra y otras, junto con las condiciones de trabajo abusivas que se están imponiendo a las empresas de transporte de mercancías por carretera, solo pueden conducir a poner a las mismas contra las cuerdas, y por lo tanto llegar a un punto en que sus camiones no puedan prestar servicios, con las consecuencias gravísimas que ello podría tener para todos”.
